A 65 años del bombardeo de Plaza de Mayo


Se cumplen 65 años de uno de los atentados políticos más violentos y cobardes de la Historia Argentina.

El bombardeo a la Plaza de Mayo, en horas del mediodía del 16 de junio de 1955, de parte de aviones de la Marina de Guerra y la Aeronáutica, en un intento fallido por matar a General Juan Domingo Perón y con ello acabar con el gobierno constitucional, arrojó la escalofriante cifra de más de 350 muertos y más de 900 heridos.

Horas más tarde, mientras el horror se extendía por todo el país, el propio Perón enviaba un mensaje al pueblo: “Nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión… Los que tiraron contra el pueblo no son ni han sido jamás soldados argentinos, porque los soldados argentinos no son traidores ni cobardes”.

Fue un hecho tan brutal como inexplicable, producto del odio profundo que sentían por Perón y las ideas que él sostenía, instigado por los sectores más retrógrados de la sociedad argentina, que manipularon a un sector de las fuerzas armadas como arietes contra la voluntad popular.

El tiempo transcurrido desde aquella verdadera masacre, en la que cayeron argentinos inocentes, de todas las edades, credos y banderías políticas, no es una valla para advertir que durante mucho tiempo la Historia Oficial se encargó de ocultar los orígenes, los responsables y las consecuencias de tamaña atrocidad.

Sin embargo el Pueblo, con su infinita sabiduría, mantuvo vivo el recuerdo de aquellos sucesos, que quedaron impunes y que fueron la semilla de una larga etapa de desencuentros, que regó de sangre y dolor a todo el país.

El recuerdo de la masacre, el respeto hacia las víctimas y sus familiares y la reivindicación histórica de una jornada teñida de barbarie es el homenaje que debemos ofrecer, para reafirmar una vez más que NUNCA MAS la violencia debe ser la manera cómo los argentinos resolvemos nuestras diferencias políticas.