Qué se celebra en el Día del Perdón

En Iom Kipur se produce el veredicto del juicio que conlleva la expiación de los pecados y el perdón divino, siempre y cuando haya existido primero el perdón entre los hombres.

La comunidad judía celebra desde la aparición de la primera estrella de ayer, su día más sagrado, cuando los hombres concluyen su balance responsable y la revisión de sus conductas en el día en el que D’s juzga a las personas y termina de decidir a quién inscribe, una vez más, en el libro de la vida para el año que comienza según el calendario hebreo.

Iom Kipur (o Yom Kipur o Kippur) es la finalización de un período de introspección y penitencia, iniciadas diez días antes con la celebración del Año Nuevo o Rosh Hashaná que evoca el comienzo de la humanidad. En Iom Kipur se produce el veredicto del juicio que conlleva la expiación de los pecados y el perdón divino, siempre y cuando haya existido primero el perdón entre los hombres.

El Día del Perdón se remonta a cuando Moisés subió al monte Sinaí, donde permaneció 40 días con sus 40 noches, y bajó con las primeras Tablas de la Ley que destruyó al ver a su pueblo, a excepción de la tribu de Leví, bailando y adorando a un becerro de oro.

Tras destruir al becerro, Moisés volvió a subir al Sinaí para pedir perdón en nombre de su gente y permaneció allí otros 40 días con sus noches noches hasta que D’s perdonó a su pueblo.

Del monte bajó un 10 de Tishrei (según el calendario hebreo), y ese día se convirtió en el primer Iom Kipur o Día del Perdón. Es la fecha en la que D’s recuerda que existe una salida para los errores que se hayan cometido, afirman los rabinos ortodoxos, quienes agregan que D’s dijo: “volved a mí y yo volveré hacia vosotros”.

Por eso se dice que el hombre de fe hace ‘teshuvá’, que en su raíz proviene de la palabra hebrea ‘shuv’, volver.
Según esta mirada, Dios enseña a volver al camino correcto desde un proceso interior que culmina en una realización exterior -el perdón- en relación a los otros, con lo social, con la vida y luego con él.

El hombre que hace ‘teshuvá’, que regresa a D’s, toma conciencia de los males realizados, decide cambiar el rumbo de su vida, comienza a hacer el bien y se convierte en otra persona.

Desde la óptica religiosa, para ser merecedor del perdón de los pecados cometidos, el día de Kipur se dedica al arrepentimiento espiritual y se adopta el compromiso de iniciar el año nuevo con la conciencia limpia, desde la seguridad de saber que Dios perdona a todos quienes se arrepienten de sus malas acciones.

La idea de la purificación se lleva a cabo con el ayuno, acto que también se realiza para sentir y recordar de “dónde venimos” y las injusticias existentes en la humanidad.

Varias vías para el perdón

En el judaísmo, sin embargo, no todos sus integrantes conmemoran esta fecha del mismo modo.

Para los judíos seculares o humanistas de la diáspora, el Iom Kipur es un día de reflexión, reparación y reconciliación, que sólo es posible si se deja de juzgar.

“Iom Kipur es el día en el que suspendemos nuestro juicio porque nada es más opresivo que depender del juicio del otro, y nada nos puede producir más sufrimiento que el juicio que realizamos sobre nosotros mismos”, afirma Bernardo Sorj quien ratifica que: “Kipur es el día que recordamos que muchas veces juzgamos no en función de valores de justicia, sino porque nos desagrada que el otro sea diferente a nosotros. Es el día en el que hacer ayuno significa desintoxicarse de nuestros juicios apresurados, y en el que podemos perdonar y perdonarnos porque dejamos de juzgar y hacemos elecciones frágiles entre valores, intereses y afectos conflictivos”.

Por su parte, Darío Sztajnszrajber considera que para el creyente “Dios debe ser apertura, y el no juzgar permite esa apertura humanista, que es -a la vez- abierta y de búsqueda”.

“La posibilidad de que este día tan especial se haya transportado en el tiempo, perpetuándose, más que por lo religioso o tradicional ha sido, también, por su significado antropológico y humano, porque el hombre quiso interrogarse, desde la antigüedad, preguntándose sobre el misterio del Cosmos, la vida, el destino, la creación universal y la finitud del hombre”, concluye.

A lo largo de la conmemoración del Yom Kipur se recitan cinco plegarias: una al comenzar la jornada (Kol Nidrei, que pide el borrado de todas las promesas incumplidas), dos por la mañana (Shajarit y Musaf) y otras antes del anochecer (Minja y Neilá). En cada una de ellas se recita el Vidui y se le implora al Creador que absuelva a los pecadores de sus errores e incumplimientos.

La jornada de Kipur finaliza con el sonido del shofar (cuerno de cabra) que llama a las personas a replegarse en sus propias reflexiones para comenzar otro año con la conciencia abierta y el alma limpia, en blanco, y sencilla como la ropa que debería utilizarse durante este día de expiación.

Uno de los hábitos es el saludo Jatimá tová, que significa “¡Buena firma!”. La frase remite al deseo de que el prójimo sea perdonado por Dios y es una manera de reconciliar el mundo divino con el terrenal hasta la siguiente celebración de Rosh Hashaná.