Las mujeres argentinas destinan el doble de tiempo que los hombres al hogar y cuidado de personas, y superan en 90 minutos diarios a sus compañeros en el tiempo destinado a las tareas domésticas, según reveló la primera Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El trabajo buscó relevar datos sobre cómo los argentinos distribuyen su tiempo durante el día para llevar adelante las actividades cotidianas, y resaltó las marcadas diferencias entre géneros con respecto al trabajo no remunerado, es decir ese trabajo doméstico que no recibe pago y se destina al cuidado de miembros del hogar o al apoyo a otros hogares, para la comunidad y voluntario.
Los datos obtenidos tras encuestar a 28.520 viviendas particulares de todo el país, donde la región de Gran Buenos Aires tuvo 6.010 entrevistados; Cuyo, 3.180; Noreste, 2.480; Noroeste, 4.150; Pampeana, 8.820, y Patagonia, 3.880.
En la encuesta se reveló que el 92,9% de las personas de 14 años y más lleva a cabo alguna actividad de carácter productivo, el 46,4% participa en el trabajo en la ocupación y el 83,8% lleva a cabo tareas de trabajo no remunerado, donde en promedio se destinan 5:18 horas por día a estas tareas.
Las diferencias en el uso del tiempo
Las diferencias observadas de uso del tiempo entre varones y mujeres se mantienen en todos los grupos de edad: los varones participan en mayor proporción y dedican más horas al trabajo en el mercado laboral mientras que las mujeres superan a los varones en el trabajo no remunerado.
En las actividades vinculadas al mercado laboral, el porcentaje de varones que lo realiza (55,9%) supera al de las mujeres (37,7%). Por su parte, las mujeres participan en el trabajo no remunerado – que no persigue fines de lucro- en mayor proporción: el 91,7% realiza trabajo doméstico, de cuidado o de apoyo a otros hogares o voluntario, mientras que, en el caso de los varones, lo hace el 75,1%.
La participación de las mujeres en el trabajo no remunerado es siempre mayor que la de los varones, tanto en el trabajo doméstico (90,0% frente a 69,1%), como en el de cuidado a miembros del hogar (31,4% frente a 20,3%) y el de apoyo a otros hogares, a la comunidad y voluntario (9,3% frente a 6,1%).
La carga horaria profundizó esta diferencia entre varones y mujeres en las tareas de cuidado, ya que mientras que los varones destinan tres horas y media por día, las mujeres casi duplican dicho tiempo con 6:07 horas en promedio.
En el caso del trabajo doméstico, también se verifica una diferencia horaria de casi 90 minutos entre mujeres (4.06 horas) y varones (2.38), mientras que en el trabajo de apoyo a otros hogares, para la comunidad y voluntario no se registran variaciones significativas de tiempo por sexo (3:58 horas para las mujeres y 3:41 para los varones).
A medida que avanza la edad, la participación de las personas en el trabajo doméstico se incrementa y se eleva la cantidad de tiempo que le dedican quienes participan.
Por ejemplo, el 70,4% de las personas de 14 a 29 años realiza trabajo doméstico no pago, mientras que en las personas mayores de 65 años la tasa de participación se eleva al 88,8%.
A su vez, en los jóvenes, el tiempo destinado a dichas actividades es de 2:31 horas por día, mientras que en los adultos es de 4:22 horas.
La importancia del trabajo no remunerado
Según explicaron desde el INDEC, la importancia de este estudio radica de contar con datos para alcanzar la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que exige reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidado no remunerado como condición para lograr la igualdad de género.
“A fines de 2021, cuando atravesábamos la fase final de la emergencia sanitaria ordenada por la pandemia de coronavirus, llevamos adelante esta desafiante tarea. Con un innovador diseño conceptual, la ENUT 2021 también amplió su alcance geográfico: es la primera encuesta de uso del tiempo con cobertura nacional en la que se aplica el diario de actividades”, destacó el director del INDEC, Marco Lavagna en el estudio.
En ese sentido, puso de relieve que “más que un punto de llegada, la expansión del servicio estadístico debe ser un proceso de construcción permanente que acompañe la dinámica social y aporte conocimiento valioso sobre la Argentina”.
