Seis robos entre diciembre y enero -cuatro de ellos en cuatros días consecutivos- es el triste récord que diciembre dejó a la ONG Emaús Burzaco, una asociación civil sin fines de lucro que, desde 1956, lleva adelante tres áreas de trabajo social en la localidad de Ministro Rivadavia: una casa del niño, la trapería -donde se recogen donaciones de ropa y muebles- y una escuela técnica donde se enseñan artes y oficios.
El último saqueo ocurrió este fin de semana donde desvalijaron, nuevamente, el centro de formación profesional. “Es el sexto robo que sufrimos desde diciembre. Esta vez, entre otras cosas, robaron una bordadora, una impresora 3D, una janome, una estampadora, una cortadora circular, más de 40 tijeras, una abrochadora de presión con matrices de botones, hilos, agujas, cajas de herramientas, ventanas y escaleras de aluminio y, lo peor de todo es que quieren robar el futuro de nuestra comunidad”, detalló la directora la titular de Emaús Argentina, María Cristina de Urquiza.
La saga comenzó el 4 de diciembre en la sede de la ‘trapería’ donde se almacenan y reparan las donaciones que la organización recibe de la comunidad. Ese día fueron robadas las baterías de dos camiones con los que Emaús va a los domicilios a buscar los donativos.
Mientras tanto, el raid de cuatro robos en cuatro días comenzó el 20 de de diciembre por la escuela técnica. donde ingresaron para robar la bomba de agua y herramientas. También fue una bomba de agua el botín que al día siguiente, el 21, se llevaron de la casa del niño, espacio al que al día siguiente, el 22, regresaron para llevarse, esta vez, carretillas y herramientas. El 23 de diciembre finalizaron, otra vez, en la casa del niño desde donde se llevaron cuatro guitarras y una máquina para cortar fiambre.
“Queremos pedir a las autoridades que asuman la responsabilidad de la vigilancia policial nocturna. La escuela 8, que es nuestra vecina, también sufrió robos y destrozos y la plaza de Rivadavia amanece periódicamente con sus juegos vandalizados. Es necesario un móvil que haga la ronda en el radio que abarcan estos lugares de servicio público. Por el momento, sólo la parroquia no fue presa de los robos”, precisó De Urquiza.
Al valor de los objetos robados y los inconvenientes que para el funcionamiento cotidiano de Emaús implican los robos, se deben sumar las reparaciones necesarias por los destrozos causados por los ladrones y la sensación de vulnerabilidad que queda flotando en quienes asisten día a día a cada una de las sedes.
Mientras tanto, y gracias a su trabajo con la comunidad que ya lleva casi 70 años, Emaús sostiene una escuela técnica en la que 250 alumnos cursan sus estudios secundarios en busca de su título de maestro mayor de obra; una casa del niño para casi 400 chicos de dos a cinco años y otro 150 en edad de primaria. Además, Emaús funciona como anexo del centro de formación profesional del colegio San Bonifacio lo que le permite enseñar oficios a un centenar de adultos desde los 16 años.
Actualmente, desde el inicio de la pandemia, que obligó a pausar la actividad educativa, y para mantener su presencia comunitaria, acompaña mediante la entrega 650 bolsas semanales con los alimentos necesarios para una comida diaria para cuatro personas.
Fundada en 1949 en Francia, Emaús se compone de 410 asociaciones distribuidas en 41 países.
