Lomas de Zamora vivió este jueves horas oscuras con un gigantesco apagón que marcó en la Avenida Frías una frontera entre quienes se preparaban para pasar la noche sin agua y sin luz y con un mercurio que besaba los 28° y quienes se iríán a dormir con el temor de despertar sin suministro.
Este nuevo apagón, o la larga secuencia de interrupciones de suministro eléctrico, generó docenas de pequeñas protestas y cortes de calles en esquinas iluminadas por los neumáticos ardiendo que impedían el regreso a quienes intentaban llegar desde el camino de Cintura hacia el centro lomense.
Juan XXIII estuvo cortada en toda su extensión, lo que obligó a cientos de pasajeros a caminar desde Camino de Cintura hasta Camino Negro. También hubo barricadas sobre puentes que cruzan el Arroyo del Rey, la avenida Madrid, en incluso sobre Frías, en la intersección con Oliden, entre otros puntos.
Según la información suministrada por el Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE) a las 21.25 de hoy, 4385 hogares abastecidos por la subestación Santa Catalina de Edesur, padecían la noche a oscuras.
Por su parte, desde la subestación Remedios de Escalada dejaron de abastecer a 6207 hogares de Cuartel IX, una gigantesca mancha de oscuridad y de sed que no termina de solucionarse y que subleva tanto como agobia.
A estos hay que sumar 1.036 clientes entre otras localidades del distrito
Vecinos en familia protestando, alguna cacerola que se golpea, conflictos entre quienes quieren vivir con un piso de dignidad y bienestar, y quienes llegan de trabajar se transforman en micropostales de l desidia y el abandono.
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Calles desoladas, el arroyo del Rey como un trinchera, gente desesperada, vehículos desorientados y una notoria ausencia de las fuerzas de seguridad que lentamente fueron apareciendo para contribuir a mostrar cierta presencia de un estado que hace rato abandonó a sus ciudadanos.
Tal vez la imagen más icónica, más representativa y más vergonzante sea la que subió una usuaria de Twitter que muestra a los profesionales de la salud del Hospital Gandulfo porfiando en su labor y cumpliendo con su deber al traer a la vida a una criatura parida a la luz de las pantallas de los celulares.
