Aquellos que tuvieron que salir temprano este miércoles para acudir a sus puestos de trabajo pudieron ver el reducido movimiento en las calles. La falta de transporte y la adhesión de la mayoría de los gremios impactaron con fuerza en la postal de la Región. La gran mayoría de los comercios, en tanto, subieron las persianas metálicas.
La huelga general fue convocada por la CGT, pero también llamaron al paro las CTA y el Frente Sindical. La falta de transporte público generó que muchos de los que tenían que acudir a sus puestos de trabajo, pudieran quedarse en casa. También provocó que las instituciones educativas privadas tuvieran movimiento nulo.
En los barrios, el movimiento creció porque los trabajadores que adhirieron al paro y los chicos y chicas que no tuvieron clases se manejaron por las inmediaciones de sus hogares debido a la falta de colectivos y trenes (tampoco hubo subtes, vuelos, transporte fluvial ni actividad en los puertos).
Con escuelas y dependencias públicas cerradas, los comercios abrieron. De hecho, el presidente de la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora, Alberto Kahale, rechazó la medida de fuerza y admitió: “La estamos pasando mal, necesitamos vender para solventar los gastos”. En consonancia con los dichos del Gobierno, apuntó que “las pérdidas son enormes”. Supermercados e hipermercados abrieron sus puertas.
Las estaciones de servicio se mostraron, en su mayoría, con el tradicional vallado y los conos naranjas que impiden el acceso a los surtidores. De todos modos, desde algunas bocas de expendio advirtieron a Info Región que durante la jornada se reanudaría la actividad. Eso sí, hasta que el combustible se terminara, debido a que Camioneros paró. El sector paralizó el servicio de recolección de residuos y el transporte de mercadería, además del de combustible.
Los hospitales funcionaron de forma limitada. Los consultorios externos no atendieron pacientes, pero sí hubo atención en Guardia, al igual que durante cualquier paro o día feriado.
