Al igual que hace casi nueve décadas después, los Reyes Magos volvieron a inundar las calles lomenses de magia y una alegría que contagió tanto a grandes como a chicos. En su edición 89, el tradicional desfile recorrió el centro de Lomas hasta llegar a la plaza Victorio Grigera donde la jornada culminó con el pesebre viviente y un show lumínico de fuegos artificiales y luces láser.
Desde alrededor de las 20, las calles del centro lomense ya se encontraban colmadas por miles de vecinos que se acercaron a recibir una vez más a los Reyes Magos, en el tradicional evento organizado por el Círculo Católico de Obreros local. Show de malabares, la murga “El Ensamble”, la Banda sinfónica del municipio y personajes circenses fueron algunos de los agregados que acompañaron a la caravana.
Como todos los años, la recorrida se inició en el cruce de Laprida y Meeks. Cada rey mago transitó las calles en una camioneta distinta, recibiendo las cartas de los más chicos. Luego, continuó por Pellegrini hasta Boedo, después Hipólito Yrigoyen y finalizaron frente a un escenario montado en la Plaza Grigera.
Allí también el obispo de Lomas, Jorge Lugones, se dirigió a los miles de presentes: “Les deseo un año con paz, con serenidad, con bendición y que se puedan abrir en la Argentina y en toda nuestra zona fuentes de trabajo”.
Tras las palabras de Lugones, las luces se apagaron para dar lugar a los fuegos artificiales acompañados por un show de luces láser que se robaron todas las miradas.
La jornada contó con la presencia del intendente Martín Insaurralde, autoridades de la Cámara de Comercio, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios y directivos del Círculo Católico de Obreros, entre otros.
