Juli, Teto y León se quedan googleando todas las noches después de cenar qué lugares serán los nuevos destinos para el viaje que realizarán luego de estar varios años a cargo del histórico bar Casa Bestia, ubicado en el barrio de Banfield. La cuarentena los obligó a acumular deudas y terminaron cerrando el local, pero le dieron vida a un viejo proyecto: viajar.
“Hace 10 años que convivimos con mi marido y 12 que estamos juntos. En todo este tiempo, sólo hicimos un viaje de vacaciones y nunca más. Así que este sueño era algo pendiente que empieza a tomar forma”, comentó Julieta, dueña de Casa Bestia, en diálogo con Info Región.
Julieta admitió que desde hacía tiempo soñaba vivir junto a su marido Teto y a su hijo León (de entonces 2 años) en las playas de Brasil. Sin embargo, en aquel momento comenzaron con “las ferias en casa, los shows en vivo, la birra artesanal”, y nació Casa Bestia. “Si nos quedábamos haciendo eso, me quedaba. Está bueno, es un lindo trabajo. Además, la familia y los amigos nos frenaban para que nos quedemos. Empezó siendo algo ‘clandestino’ y pasaron mil cosas, hasta llegar a lo que somos hoy”, relató.
Previo a que la agenda sea ocupada por el coronavirus y la pandemia comience, la familia pensaba en aquel viaje pendiente que tuvo durante años. Después, “la cuarentena mató el negocio” y los “llenó de deudas”, por lo que ese sueño comenzó a tomar forma nuevamente.
“Empezamos a fantasear con el motorhome, siempre en chiste. Hasta que en un momento dijimos ‘¿Por qué en chiste?’. Desde que lo manifestamos como deseo, nos empezaron pasar información y a mostrar otra gente que lo hace. Así que estamos con ese sueño”, contó.
Además, Julieta explicó que para pagar las deudas pendientes y empezar a comprar todo para el viaje, que todavía no tiene fecha, venden todo lo que se encuentra en Casa Bestia a través de las redes sociales (@casabestia). “En un principio, nos condiciona mucho todo lo que es lo económico. Tenemos que pagar un par de deudas. También queremos comprar un colectivo y armarlo nosotros, con los acondicionamientos necesarios para afrontar el calor y el frío”, subrayó.
“Uno a veces se pone mil excusas como la plata o los hijos, pero en realidad son miedos. Nosotros creíamos que le íbamos a arruinar la vida, pero León empezó con querer viajar, conocer la nieve, la playa, a soñar con el motorhome. Lo empezamos a imaginar tanto que se está haciendo realidad”, apuntó.
Admitió que el objetivo aún es un proyecto en vías de concretarse, pero la seguridad es notoria. “Estamos planeando todo sin saber cuándo y dónde termina. No tenemos muy en claro a dónde todavía, pero lo vamos hacer”, sentenció Julieta.
