La autopsia reveló que el kiosquero recibió 4 impactos de bala


Cuatro disparos de bala en el cuerpo le provocaron la muerte. La saña quedó escrita en el cuerpo del kiosquero Roberto Sabo, asesinado el domingo durante un asalto en su local ubicado en el centro de Ramos Mejía, partido de La Matanza. La información fue confirmada por la autopsia, según fuentes judiciales con acceso a la causa.

El informe preliminar sobre las causas de la muerte de Roberto Sabo indica que el kiosquero recibió “por lo menos el impacto de cuatro proyectiles”. Además, se estableció que le dispararon a corta distancia, menos de 30 centímetros. Uno de los balazos le perforó el corazón y otro los pulmones.

Tres balas quedaban adentro del cuerpo. Uno de los plomos estaba alojado en el hombro derecho, el segundo en la zona del tórax y el tercero que encontraron lo extrajeron de la zona intestinal.

Inicialmente se hablaba de 6 disparos, pero en realidad el número corresponde a la cantidad de orificios que presentaba el cuerpo, alguno de los cuales puede ser de salida de la bala.

El fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, aguardaba hoy la conclusión de la autopsia para agregar al expediente y avanzar con el pedido de prisión preventiva del acusado del crimen, Leandro Daniel Suárez (29),

“El caso está prácticamente cerrado”, confió a esta agencia un investigador, quien dijo que se reúnen los elementos para requerir la elevación a juicio de causa en tiempo récord.

Por el hecho, Suárez fue indagado ayer por el delito de “homicidio criminis causa agravado por el uso de arma de fuego” en perjuicio de Sabo y también por “robo calificado -dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil, portación ilegal de arma de guerra”, todo ello agravado por la “participación de un menor de edad”.

Esos hechos son por el robo de un auto cometido antes del crimen de Sabo y el de una moto, concretado luego, todo junto a una menor de 15 años que, por su edad, es inimputable.

“Por favor, no me pidan la prisión perpetua. Me quiero morir”, fueron las palabras que utilizó el acusado en su indagatoria ante el fiscal Medone, dijo un vocero judicial.