Preocupación, miedo y desconfianza: los sentimientos que atormentan a los argentinos

Casi seis de cada diez argentinos toman el aeropuerto de Ezeiza como punto de partida para su vida.

Preocupación es el denominador común que tiene el futuro para el casi la mitad de los argentinos, más precisamente un 49,5 por ciento. Si se suman miedo (11,3) y desconfianza (9,9), tendremos el escenario que siete de cada diez compatriotas (70,7) aguarda de los tiempos por venir. Enfrente, el 28,1 por ciento intuye tiempos más amables: de esperanza (19), confianza (8,2) y y seguridad (0.9).

¿Los más pesimistas? Los de de la Generación Z, esos chicos de hasta 25 años a los que la vida se les presenta entera. Por el contrario, son los Baby Boomers, esos que nacieron entre después de la Segunda Guerra y fines de los 60 y ya pasan los 56 años son los más optimistas, o, en realidad los menos pesimistas: 78,5 contra 65,5 por ciento, respectivamente.

Estos son algunos de los resultados del Monitor mensual de julio que publica la consultora Taquión, un estudio en línea y de alcance nacional realizado sobre 2503 casos a partir de cuestionarios semiestrecturados y que se extiende durante tres días a fines del mes anterior al de su publicación.

La salida es por Ezeiza

El estudio indica que casi seis de cada diez argentinos (58,9) toman el aeropuerto de Ezeiza como punto de partida para su vida, mientras que hay cuatro por decena (41,1) que no piensan en emigrar. Otra vez son los Z los que plantean la salida del país (82,4) y los Baby Boomers (39,8) los que no tienen planes allende las fronteras. Según su líder político, resulta que los seguidores de Javier Milei son los más urgidos en tramitar su pasaporte (84,3), mientras que los desinteresados en emigrar son quienes sostienen que “no hay oposición” (62.3)

Consultados acerca de qué harían si pudiesen ahorar algún peso de su sueldo, los pesimistas optan por “pagar alguna deuda” (73.7) e “invertir” (63,6), mientras que los positivos optan por invertir en “arreglo o compra de inmuebles” (57,6) y por el “ahorro” (53,3).

Cuando toca acomodar los temas que más nos preocupan en relación a uno mismo y nuestra familia se arma el siguiente ranking: Acceso a oportunidades de desarrollo (31,9); Acceso al trabajo (20.1); Seguridad (15,1); Educación (11,5); Salud (10.7); Acceso a vivienda (7,1); Alimentación (3.,5)

Si se les solicita que se los acomode en torno a la urgencia, en una escala que va desde “en los próximos días o
semanas” hasta “más allá de diez años”, pese a ser bastante parejo, el baremo queda ordenado de esta manera: Seguridad; Acceso al trabajo; Educación; Acceso a oportunidades de desarrollo; Salud; Acceso a vivienda; Alimentación,

La democracia no se cuestiona

Si bien el escepticismo y la falta de horizontes son las sensaciones que dominan el panorama a la hora de las respuestas persiste un consenso entorno al sistema democrático. Cuando se indaga el nivel de acuerdo estás con la frase “Más allá de los problemas que pueda tener, ¿la democracia es mejor que cualquier otra forma de gobierno”?, el 78.1 por ciento manifiesta su acuerdo y más de la mitad de los encuestado (53.7) resalta que está “muy de acuerdo”, mientras que el otra punta, se posiciona el 17 por ciento dividido entre quienes lo está “poco” (11,5) y “nada” (5,5).

Esta creencia en la democracia como mejor sistema de gobierno posible es mayor en los Baby Boomers que padecieron las interrupciones institucionales que en la generación Z que nunca supo de dictaduras: 87 a 61 por ciento.

Sin embargo, cuando se pregunta “¿cuán satisfecho/a estás con la manera en la que funciona la democracia en Argentina?”, el 27,1 por ciento oscila entre “muy” (7,2) y “bastante” (19,9) de acuerdo, contra el 71,3 por ciento que navega entre “poco” (39,9) y “nada” (31,6). Una curiosidad: a nivel generacional casi no se registran diferencias y el nivel de disconformidad osicla entre el 76 por ciento de los Z y el 68,5 por ciento de la generación X, donde se agrupan lo que tienen de 39 a 55 años.

Roban, pero hacen (o relatan)

El trabajo tambien sondea el nivel de corrupción de parte un político en aras de un bien mayor para toda la sociedad, en este caso, las respuestas apuntan a que nueve de cada diez (89,1) están dispuestas a soportar “poco” (15.2) o “nada” (73.9) en materia de corruptelas, mientras que el 6,5 por ciento se divide entre “mucho” (3.2) y “bastante” (3.4). Los más inflexibles son los Baby Boomers (93,5) y los más dispuestos a hacer ‘la vista gorda’ son, curiosamente, los escépticos de la generación Z (12.4).

Cuando la consulta es acerca del nivel de corrupción que la sociedad estaría dispuesta a soportar en pos de un bien mayor, los resultados cambian: el 31.4 por ciento de los encuestados piensan que la sociedad está dispuesta soportar mucha (9,7) o “bastante” (21,8), contra el 60,5 por ciento que estima que su nivel de tolerancia va de “poco” (22,6) a “nada” (37,9).

En este punto, los más escépticos sobre la honestidad global son los, otra vez, los Z para quienes cuatro de cada diez personas no ven mal soportar corrupción a cambio de obras (38,6), mientras que para los mayores de 56 esa proporción se reduce a uno de cada cuatro (25,8).