Caso Lucas González: dos de los policías admiteron que dispararon

Fueron indagados este lunes. Los padres del joven asesinado de un balazo en la cabeza declaran mañana.

Los tres policías de la Ciudad detenidos por el homicidio de Lucas González, el adolescente de 17 años baleado el pasado 17 de noviembre en el barrio porteño de Barracas, fueron indagados por los fiscales a cargo de la investigación. Dos de ellos admitieron que dispararon.

El inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes prestaban servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, fueron trasladados poco antes de las 7 a la alcaidía de los tribunales porteños y pasadas las 8.15 fueron conducidos declararon este lunes ante los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim.

Dos de ellos, López y Nievas, admitieron que dispararon, de acuerdo a lo informado por fuentes cercanas a la investigación.

Los policías están detenidos desde el pasado viernes y hasta el momento permanecieron alojados en dependencias de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina (PFA).

Los fiscales también tenían previsto entrevistar a los tres amigos de Lucas que sobrevivieron a los disparos policiales pero fueron inicialmente detenidos en el marco del operativo montado por los efectivos y hasta llegaron a ser encausados hasta que el juez de Menores que intervino en el inicio del caso los sobreseyó. Los adolescentes, todos de 17 años, dialogaron antes con personal de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic), dependiente del Ministerio Público.

Para mañana, en tanto, fueron convocados a declarar los padres de Lucas, Cintia López y Mario González, quienes el viernes último, junto a su abogado, Gregorio Dalbón, convocaron a una marcha sin banderas políticas para pedir justicia en la puerta de los tribunales situados en Talcahuano 550 a las 19 de este martes.

El crimen

El hecho ocurrió cerca de las 9.30 del miércoles 17 pasado cuando Lucas y sus tres amigos salieron del club Barracas Central -donde el primero jugaba y los restantes habían ido a probarse- y fueron interceptados por los policías sin identificar, de quienes intentaron huir al pensar que iban a robarles. De acuerdo a la pesquisa judicial, los efectivos dispararon y balearon a Lucas, tras lo cual detuvieron a sus amigos y quisieron simular que se trataba de delincuentes a los que interceptaron cuando querían robar un kiosco.

Según la autopsia, Lucas murió a raíz de un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una “hemorragia meningoencefálica” y, además, presentaba un surco en el pómulo derecho de una segunda bala.

El fallecimiento del joven se produjo el jueves 18 en el hospital El Cruce, de Florencio Varela, adonde fue trasladado en grave estado procedente del Hospital Penna.