$200 millones por año, el costo de cada legislador bonaerense


La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires durante la madrugada del 29 de diciembre, después de aprobar el presupuesto general de la Provincia para este año, votó el cálculo de recursos y gastos para las dos cámaras que la componen y en la que oficialistas y opositores establecieron un aumento, respecto del período anterior, de casi un 60 por ciento, casi diez puntos más que la inflación proyectada por el Gobierno nacional para 2022.

De ese modo, para 2022, la Legislatura tendrá un presupuesto de 27.900 millones de pesos, 16.400 millones para Diputados y 11.500 millones para Senadores. Si entre ambas cámaras reúnen 138 legisladores, un cálculo rápido nos indica que cada legislador consume del erario provincial más de 202.173.000 pesos anuales, o, si así lo prefieren, 16.847.750 pesos por mes.

Si el promedio es por cámara, el Senado, presidido por la vicegobernadora Verónica Magario, con sus 46 bancas representará un costo de 250 millones de pesos anuales por senador, más de $ 20.833.000 por mes. Pos su parte, Diputados, a cargo del peronista lomense Federico Otermín, tendrá por cada uno de sus 92 legisladores un consumo de 178 millones de pesos anuales, casi 15 millones mensuales.

Según la normativa vigente, la Legislatura está facultada a votarse a sí misma su porpio presupuesto siempre y cuando no exceda el 1,2 por ciento del total del presupuesto provincial. En este caso, 2022 la previsión es de 3,1 billones de pesos, lo que quiere decir que aún la Legislatura podría aumentar sus gastos pues el porcentaje que se asignó fue de 0,9 por ciento.

Los 138 legisladores sosn asistidos por 2.700 empleados, producto de inexplicables y genealógicas capas geológicas de que se aseguraron un especio en la opaca planta permanente que, de tanto en tanto, rompe su conveniente discreción para protagonizar sainetes como cuando se opusieron durante la gestión de María Eugenia Vidal al sistema de huellas dactilares para asegurar su presencia en el lugar de trabajo.

Por otra parte, las dietas de los representantes del pueblo son engordadas por el sistema de módulos que asigna a cada uno de ellos una cantidad de estos módulos que no son otra cosa que una unidad fija con un precio de las que cada diputado o senador puede disponer libremente para repartir entre sus asistentes y cortesanos sin mayor control.

Además, los legisladores disponen de becas, ayudas monetarias que y subsidios de las cámaras que parten y reparten haciendo gala de discrecionalidad y opacidad.