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Kimi: Alguien está escuchando es la nueva película de suspenso original de HBO y dirigida por Steven Soderbergh que cuenta la historia de Angela, una joven programadora con agorafobia que resolviendo las fallas técnicas de Kimi (un dispositivo tecnológico puesto al servicio del usuario para cumplir órdenes), escucha un posible crimen.
Las primeras escenas de esta película funcionan a la perfección para poner al espectador en contexto. Al comienzo vemos al ejecutivo de una gran empresa brindando una entrevista a un programa televisivo a través de una conferencia. En pantalla todo se ve excelente, bien enmarcado e iluminado, mientras que el plano general que nosotros vemos muestra el fuera de campo que no se ve en esa videollamada: una habitación desordenada, caótica y lejos de evocar un ambiente profesional. Este es quizás uno de los retratos que se nos han vuelto más comunes durante los tiempos de la pandemia por Covid-19. Para confirmarnos la línea espacio-temporal que va a manejar esta historia, en las escenas siguientes podemos ver desde la ventana de un edificio hacia afuera, cómo la gente que está en la calle utiliza barbijo y respeta el distanciamiento social. Si, Kimi transcurre en la actualidad, en lo que podríamos denominar como un período de tránsito post pandemia.
Para comenzar a entender esta historia es necesario profundizar en los dos personajes principales que irán llevando la trama hacia adelante durante sus 149 minutos de duración. Por un lado tenemos a Kimi, cuyo nombre lleva la película, y lejos de ser una persona, es un aparato que funciona como fuerza protagónica ya que el conflicto estará estrictamente relacionado con él. Se trata de un dispositivo tecnológico inteligente comparable con “Alexa” de Amazon, pero que fue creado por la empresa Amygdala para cumplir la misma función: estar a disposición del usuario (su dueño) para responder preguntas, obedecer órdenes y cumplir sus caprichos. Lo que diferencia a este artefacto de otros que están en el mercado, es que no responde a lógicas de algoritmo sino a lógicas humanas. Detrás del funcionamiento de cada dispositivo hay una persona asignada para resolver sus fallas y elevar su eficacia. Aquí es donde se hace presente el segundo personaje principal de esta historia, Angela Childs, interpretada por una magnífica Zoë Kravitz, es una joven que padece de una agorafobia que se ha agravado por consecuencia del contexto de encierro pandémico, y su trabajo, que es resolver las fallas técnicas y de comprensión de Kimi, le permite no tener que salir nunca de su casa.
Angela vive un día normal como cualquier otro, desayuna, se higieniza, ordena, mira por la ventana de su edificio y observa lo que pasa en el mundo exterior que a ella le resulta extremadamente ajeno. Se dispone a trabajar y comienza a resolver desde su computadora diversos inconvenientes que ha tenido Kimi para comprender lo que sus usuarios le demandaban. Al llegar a uno de los audios (streams), escucha algo extraño que llama su atención. Desempolva todo su equipo con máquinas que me permiten eliminar el ruido y ampliar las voces de fondo que intenta escuchar, y efectivamente cree estar siendo testigo de un ataque a una mujer. A partir de ese momento la desesperación se hace presente con un ritmo desenfrenado, y las preguntas comienzan a aparecer: ¿Qué hacer? ¿A quién dar aviso? ¿Quién es la mujer que está siendo atacada en el audio? ¿Quién es el atacante?. Sin dudas Angela está dispuesta a hacer algo al respecto y tomar cartas en el asunto, el pequeño problema es que no puede salir de su casa.
Ansiedad y agorafobia, males de nuestro tiempo
Kimi es un thriller profundamente dinámico, decidido y frenético, con un conflicto sólido e interesante de analizar. Hay por lo menos dos caras de este relato que resultan imprescindibles y que hacen a su discurso y subtexto. Una de ellas es la problemática de ciertos trastornos y fobias cada vez más comunes en las sociedades modernas, como lo son la ansiedad y la agorafobia, y el necesario diálogo de cómo ha afectado y agravado estos síntomas el contexto conocido de encierro total a causa de la pandemia. Pero esta película no descansa en esta vaga reflexión, sino que decide profundizar en algo aún más interesante y complejo: la capacidad del sujeto para salirse de su propio síntoma que todo el tiempo lo controla, por una razón de fuerza mayor, que lo interpela y moviliza de modo tal que se le vuelve inevitable tomar el control de su propio síntoma para hacerlo a un lado por un rato y anteponerse a él, por un bien mayor. En este caso, para Angela, esta razón que la moviliza es el hecho de que otra mujer esté en peligro.
La segunda cara del relato que sería preciso destacar, es la manera en la que intenta poner en cuestionamiento la moralidad de las grandes empresas de tecnología, que no son nada más ni nada menos que un reflejo de la sociedad. La frivolidad y el mero interés económico que refiere a su éxito por parte de la empresa creadora de Kimi es tan explícita y abierta que resulta aberrante. Acompañada por una saturación exagerada de las características de los personajes que pertenecen a las grandes corporaciones, que son los malos más malos de todos los malos. Esto también nos lleva a poner en tela de juicio cuestiones que tienen que ver quizás con la privacidad nula que se tiene con tamaña expansión tecnológica, siempre bajo una premisa de venta que apela al beneficio del usuario. Claramente no es una película que apunte a desarrollar una tesis, sino a un entretenimiento con una crítica, no tan profunda pero sí muy sólida y consistente.
Uno de los puntos flojos del film es que al llegar al final nos damos cuenta de lo poco que sabemos sobre nuestro personaje principal, Angela. El conflicto toma protagonismo tan rápido acaparando absolutamente todo y logrando que el arco narrativo del personaje llegue a una evolución y transformación, que quizás nos falta información y profundidad en el plano que tiene más que ver con su back story (historia previa), para poder comprender con mayor intensidad sus decisiones, sus miedos, sus fobias y sus acciones. Sin embargo, mientras los hechos se suceden durante la película, su dinamismo trasciende absolutamente todo y esto pasa a ser un detalle.
La realización de esta película trae consigo un trabajo fino y de análisis detrás que sin duda alguna se ve reflejado en el producto final que vemos en pantalla. La existencia palpable de referencias y homenajes a grandes obras de culto como La ventana indiscreta y Vértigo, de la mano de una elegante e inconfundible marca estilística hitchcockeana, sumada a algunos elementos que remiten a films como La conversación y Blow up, constituyen un acertado y completo éxito en manos de Steven Soderbergh.
Ficha técnica
Título original: Kimi, alguien está escuchando
Año: 2022
Duración: 89 minutos
Género: Thriller, Suspenso
Dirección: Steven Soderbergh
Guión: David Koepp
Reparto: Zöe Kravitz, Erika Christensen, Emily Kuroda, Jaime Camil, India de Beaufort, Devin Ratray, Jacob Vargas, Byron Bowers, Caleb Emery
Dónde ver: HBO