LA SESIÓN DE APERTURA DEL CONGRESO Y LAS BANCAS VACÍAS


El artículo 99 inciso 8 de la Constitución Nacional fija como una de las atribuciones del presidente de la Nación la apertura anual de las sesiones del Congreso “reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes”.

El primer discurso de un presidente para ambas Cámaras fue en el año 1862 y hasta la reforma de la Constitución del año 1994 se realizó en el mes de mayo. Lo que se dice un acto propio de la Democracia en el cual, en un mismo recinto se encuentran, Poder Ejecutivo y Legislativo, avalados por el voto popular, además de las autoridades principales del estado argentino entre los que se destaca el Poder Judicial el otro pie de base republicana, todo esto con el fin de hacer un resumen de los actos de gobiernos realizados y los que se plantean hacia adelante.

La apertura de sesiones se podría calificar como un acto de festejo de la Democracia, luego del cruento período de la Dictadura, ya que por más que hayan pasado casi cuatro décadas, aún resta por hacer mucho para afianzarla.

Por lo que resulta por lo menos inentendible que un grupo de legisladores de la oposición abandonen las bancas en medio del discurso del Presidente, más allá del enojo o del disgusto que le hayan producido las expresiones del primer mandatario.

Es notorio que la acción emprendida por los partidarios del Pro, estaba relacionada con las diferencias que planteaba el Presidente sobre el préstamo tomado por la gestión anterior ante el FMI.  Cuando se esgrime la realidad públicamente y alguien se enoja el problema de algunas personas es que se ofenden más con la verdad que con las mentiras, lo bueno de ser sinceros es decir las cosas en la cara, “LA ÚNICA VERDAD ES LA REALIDAD“.