Elige o muere, el terror de jugar sin límites


En detalle

Este film es parte de un grupo de películas de "neo terror" de los últimos años que escapan de caer en las ideas efectivas pero básicas.
Dirección 4.0
Guión 4.0
Fotografía e iluminación 8.0
Actuación 6.0
Lo mejor
Propone una buena idea, con grandes actuaciones y una ambientación sonora y visual increíbles.
Para mejorar
Promete un nivel que claramente no puede sostener y comienza a caer en picada desde la mitad de la película hasta que termina.

Choose or die (Elige o muere) o también conocida como CURS<R es la nueva película de terror original de Netflix dirigida por Toby Meakins que cuenta la historia de Kayla, una joven en bancarrota que encuentra un videojuego antiguo que promete pagarle a quienes logren ganar. Lo que no sabe, es a qué costo.

La película comienza con un prólogo exquisito que nos abre la puerta a este particular universo en el que nos vamos a adentrar. En la oscuridad de su cuarto, Hal (Eddie Marsan) juega a un videojuego llamado CURS<R que consiste en textos y opciones entre las que debe elegir para ir avanzando. Pronto la cuestión se torna macabra, cuando Hal se da cuenta que lo que el videojuego dice y las opciones que le ofrece, están condicionadas por los objetos y la realidad que lo rodea en ese cuarto. Inmediatamente y de manera poco grata le quedará claro tanto a él como al espectador, que cada elección que el jugador haga tendrá graves y directas consecuencias en el mundo real.

La trama avanza gracias a la línea narrativa de Kayla (interpretada por Lola Evans), una joven brillante que se gana la vida limpiando oficinas y arreglando dispositivos tecnológicos para su amigo Isaac (Asa Butterfield, protagonista de Sex Education), un experto en programación, a cambio de que él le enseñe lenguaje de códigos. El potencial de Kayla es realmente enorme, pero su contexto le impide prosperar. Su madre está muy enferma, su hermano menor falleció en un accidente traumático y ella debe ser el sostén de la casa para poder costear el tratamiento de su madre, el alquiler y sus estudios.

Una tarde en casa de Isaac encuentra entre cajas de basura y aparatos tecnológicos rotos, un pequeño casette con una portada llamativa. Parece ser un videojuego de los 80′ llamado CURS<R, lo suficientemente antiguo como para generar risas ridículas entre los personajes. Lo que capta por completo la atención de Kayla es que en la tapa del casette, aclara que todos aquellos que logren ganar el juego recibirán un premio de 125.000 dólares. Eso basta para convencerla, pues, ¿Quién podría tener la suerte de que le paguen por jugar a un videojuego? y, ¿Quién más que ella necesita ese dinero? y de inmediato se lo guarda en el bolsillo.

Las cosas no tardan en ponerse escabrosas. Pronto descubrirá Kayla al cometer el terrible error de darle play a CURS<R, que no hay vuelta atrás de esa decisión, y que lo único que puede hacer es seguir adelante, aunque eso signifique tener que elegir entre la vida o la muerte de quienes la rodean, y hasta de ella misma. El sufrimiento, el dolor y los detalles grotescos son los condimentos principales de este camino a recorrer en el que las opciones son: elegir, o morir de una forma horrorosa.

La premisa de la película es interesante e invita al espectador a entregarse a verla. Podríamos catalogarla como parte de un grupo de películas de “neo terror” de los últimos años que escapan de caer en las ideas efectivas pero básicas que han llenado (y lo siguen haciendo) salas de cine hasta agotar por completo la propuesta. Estas nuevas películas suelen estar cargadas de simbolismos que buscan funcionar a modo de guiño y homenaje a películas clásicas ochentosas que han sabido ser pioneras dentro de la historia del género. Está claro que la idea de un videojuego maldito que persigue a sus jugadores no es algo nuevo y nos resuena de otras producciones que hemos visto. Las influencias de El juego del miedo, La llamada y Pesadilla en lo profundo de la noche en Choose or die son claras, pero si no estás lo suficientemente convencido de la conexión, la película muestra que llamando al número del videojuego para reclamar el premio, quien te atiende es nada más ni nada menos que Robert Englund, el actor que interpretó a Freddy Kruegert.

Otro paralelismo fácil y rápido de establecer es entre esta película y la serie coreana que fue furor el año pasado, Squid Game (El juego del calamar), cuya premisa es bastante parecida: el premio final es dinero, por lo que está sutilmente apuntado a personas en situaciones económicas complicadas o desesperantes, pero primero tienen que atravesar una serie de juegos donde su vida está puesta en riesgo todo el tiempo. Dejar de jugar tiene consecuencias tanto o más graves que seguir jugando. Parece que la temática macabra donde se pone en juego la vida en situaciones tan banales como lo son un videojuego o un juego de infantes, resulta sumamente atractiva para la audiencia.

Teniendo una buena idea, grandes actuaciones y una ambientación sonora y visual increíbles, es preciso pensar que nada podría fallar. Pero este no es el caso. Durante la primera media hora de película todo va sobre ruedas y el film va depositando expectativas en el espectador prometiendo un nivel que claramente no puede sostener y comienza a caer en picada desde la mitad de la película hasta que termina.

Pese a durar una hora y media, el ritmo para contar esta historia parece apresurado. Se toman decisiones que, puestas en foco, no responden a una lógica coherente, y la consecuencia de esto es que el desenlace y las explicaciones que esclarecen la trama, le hagan ruido al espectador y no terminen de tener sentido. Es posible que si se hubiese encarado esta idea en un formato miniserie que permitiera ahondar en la back story de los personajes y explicar de una manera que cierre la conexión que esto tiene con la maldición del videojuego, hubiese funcionado. Pero el tiempo parece quedarle chico, y peca de errar en todas las decisiones que se toman de cara al final.

El problema del tiempo también desemboca en otro error: no llegamos a conocer lo suficiente a los personajes como para introducirnos en su universo y sentir empatía por ellos y desesperación por las situaciones que los van atravesando. La introducción es tan corta y el videojuego en sí toma tanta relevancia y protagonismo, que se pierden de vista las líneas de todos los personajes, en los que no se ahonda casi nada, y a medida que va avanzando la trama, se empieza a notar cada vez más.

Para todos aquellos a quienes les gustan y disfrutan de las películas de terror y gore, y sobre todo aquellas que buscan homenajear con tinte nostálgico a las viejas películas que marcaron una época, sin dudas vale la pena que introducirse en este estreno y juzgar bajo las propias sensaciones y emociones provocadas durante el transcurso de CURS<R.

Ficha técnica

Título original: Choose or die / CURS R
Año: 2022
Duración: 84 minutos
Género: Terror
Dirección: Toby Meakins
Reparto: Lola Evans, Asa Butterfield, Eddie Marsan, Kate Fleetwood, Ryan Gage, Angela Griffin
Dónde ver: Netflix