Echeverría: A dos meses de su desaparición, crece el misterio: ¿Dónde está María Luján?


María Luján Barrios le mandó un mensaje escrito por Whatsapp a su amiga pidiéndole plata prestada, acordó con una niñera que le cuide a sus hijos, llamó a un remis para que la fuera a buscar a su casa en Luis Guillón, y partió -le dijo a la amiga- a un “trabajo en Pilar”. Nunca más la vieron. Era la noche del 3 de diciembre. Pasaron ya dos meses, y el misterio se aumenta.

La vida de María Luján no ha sido fácil. Con 24 años, tiene 4 hijos de entre 1 y 9 años, que ahora están al cuidado de la abuela, y vive sola con los chicos. La mamá de la joven fue la que hizo la denuncia a la policía local, algunos días después de su desaparición, cuando la falta comenzó a ser más larga que las pocas noches en las que ocasionalmente no volvía a su casa sin dar explicaciones.

“Ella vivía sola en una en una habitación que le alquilaba a un hombre”, contó la mamá, que vive en el Jagüel, también partido de Esteban Echeverría, en diálogo con InfoRegión. Ocasionalmente la hija, que no tenía un trabajo formal, dejaba los chicos a su cuidado y se ausentaba, pero nunca por tanto tiempo.

Luego de la denuncia, la Delegación Departamental de Investigaciones de Lomas de Zamora, que lleva la pesquisa, pudo reconstruir el recorrido de María Luján algunas horas después de que se fue de su casa, en Juan de Garay al 2000.

Efectivamente, esa noche la chica se subió a un remis, pero el destino no fue Pilar, como le había anticipado a su amiga, sino una casa ubicada en el Jagüel, a pocas cuadras del domicilio de la madre.

La sospecha sobre el rol de los colombianos

Los investigadores corroboraron que el remis dejó a María Luján en esa dirección, donde ella bajó por su propia voluntad e ingresó a una vivienda particular. La policía identificó la casa y corroboró que allí viven dos ciudadanos colombianos.

Rápidamente el remisero fue desvinculado de la causa porque se corroboró su historia con otras pruebas, pero los colombianos dueños de la casa fueron detenidos durante algunos días, acusados de falso testimonio.

Si bien ambos admitieron que María Luján había estado esa noche en su casa, aseguraron que se trató de una fiesta, de la que ella se retiró por sus propios medios a la 1.30 de la madrugada del sábado, sola, por sus propios medios.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que esa no era la verdad. La chica permaneció en la casa hasta alrededor de las 4 de la madrugada, y partió de allí a bordo de una moto como acompañante de uno de los colombianos rumbo a la estación de tren. Y ese sí es el último dato cierto que hay de ella. A partir de ese momento la vida de María Luján queda rodeada de incertidumbre.

Según los investigadores, el remisero no conocía ni tenía vínculos con los colombianos y tampoco hay antecedentes de una relación anterior o posterior entre María Luján y todos ellos.

Un DNI que aparece y aumenta el misterio

El único elemento significativo que se incorporó a la investigación posteriormente fue el hallazgo del DNI de la joven, que apareció en un pequeño basural a poca distancia de su última ubicación conocida. Lo hallaron en la calle Martín Fierro casi en la esquina con Pedro Dreyer, muy cerca del ingreso al predio del Rugby Club Monte Grande, una zona de quintas, descampados y a metros de un cementerio privado.

El hallazgo, que se produjo cerca de la última Navidad, llevó preocupación a la familia y motivó un exhaustivo rastreo en la zona para intentar dar con algún otro indicio de la joven, pero fue infructuoso. No había más que bolsas de basura en la zona en la que apareció el documento.

María Luján Barrios mide 1,50 metros de estatura, tiene tez trigueña, cabello negro, contextura delgada y posee un tatuaje en el brazo derecho con las iniciales “A. E. S” y la palabra “chino”. Quienes puedan aportar información deben comunicarse al 911 o al 11-5589-9446 / 11-2294-9326. También ésta disponible el 0810-999-6800 del Centro de Atención al Vecino (CAV) de Esteban Echeverría o el whatsapp 11-5131-6800.

Desde entonces, poco más. Sospechas sobre vínculos con el narcotráfico y la presunción de que podría haber sido secuestrada, sobre todo a partir de un dato que sorprende a quienes la conocían. María Luján se comunicaba con mensajes de audio, sin embargo, aquella vez, cuando pidió plata y avisó que se iba a trabajar a Pilar lo hizo por mensaje de texto, y además quienes la conocen dice que maneja dinero y nunca necesita pedir prestado. Eso les hace pensar que alguien tomó su celular para conseguir dinero y despistar y podría ser la persona que le haya hecho daño.

Otro elemento que los allegados de la joven exigen que se investigue es una transferencia bancaria hecha desde la cuenta de María Luján en beneficio de un hombre que no reconocen, y del que sospechan que puede tener algún vínculo con su desparición. Disconformes con la investigación, aseguran que, como esa, hay otras “puntas” que no se están siguiendo como deberían. Mientras tanto, los días pasan y los hijos de María Luján piden por su mamá.