Juicio por el femicidio de Stella Maris Sequeira: Declaró Carrazzone

"Este procedimiento es una farsa", aseguró el abogado penalista durante la audiencia virtual del juicio que se lleva a cabo por el asesinato de su pareja.

“Este procedimiento es una farsa”, aseguró Rubén Carrazzone durante la audiencia virtual que se desarrolló este miércoles por el femicidio de quien fuera su pareja Stella Maris Sequiera. El cuerpo de la mujer nunca fue encontrado, había sido vista por última vez el 29 de diciembre de 2016, en su casa de Ezeiza.

El abogado penalista reiteró su inocencia ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de La Plata, integrado por Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Fernando Canero. Fue en el marco de una ampliación de su declaración indagatoria.

“Yo estoy sentado en el banquillo de los acusados perseguido penalmente y acusado formalmente por el Estado nacional”, aseguró Carrazzone, tras lo cual denunció que “fue perseguido por algunos funcionarios públicos”. Y denunció que Esmoris le hizo “dos amenazas públicas durante el juicio”, relacionadas a sacarle la defensa.

Sobre el proceso judicial, Carrazzone dijo: “Si el hecho no fuese tan grave, como la desaparición de mi señora; y la pena no sea tan grave, como la reclusión perpetua, esto sería una comedia burda vil e inmunda que se llevó adelante para satisfacer intereses personales”, expresó. Y añadió que “este proceso se está desarrollando en el campo de las pasiones personales, de los amores contrariados y de las señoras despechadas. No se me permite invocar pruebas, leer actas públicas, indagar a testigos”.

Volvió a hablar del Pai Pepe. “Este procedimiento es una farsa, en la instrucción he aportado un domicilio en la zona de Pacheco donde se profesaba la religión umbanda, donde aparentemente podía estar trabajando el mentado Pai Pepe. La instrucción no lo buscó porque siempre tuvo la malsana intención de enrostrarme este hecho a mi. No fueron a ver si existía el pai Pepe, pero si comisionó a una división de la Policía Federal por una semana para ver como vivían los perros”, aseguró.

El acusado había declarado que el 1 de enero de 2016 que se encontró con Miguel Ángel Franco porque éste supuestamente conocía a dicho Pai al que Sequeira presuntamente acudía porque quería ver a su nieto y su hija no se lo permitía. “No lo conocía al pai, sino no hubiera recurrido a Franco, que hasta plata me sacó”, señaló durante la audiencia de este miércoles.

Sobre su relación con Sequeira, sostuvo que eran “una pareja consolidada y con proyectos” y calificó como “una bendición” haber conocido a su esposa y a la hija de ella, Solange Ponzo (33), ahora querellante en la causa. “Fue una bendición en mi vida conocer a Stella y a Solange. A pesar de algunos enfrentamientos que podemos tener ahora, siempre va a prevalecer el gran cariño que tengo a Solange como hija”, aseguró.

En torno a los dichos de una amiga, sobre la separación inminente, el abogado consideró que “los hechos contradicen porque no sólo basta que la testigo haya dicho que Stella iba a tomar un arma y terminar con todo esto“. “Debió ser exteriorizado al mundo real para que pase al expediente. No sólo basta anunciarlo, como hizo el testigo. Estuvo con nueve personas distintas el 29 y no mencionó que iba a tener una discusión conmigo”, apuntó.

Carrazzone es juzgado por los delitos de “homicidio doblemente calificado por haberse cometido sobre su pareja conviviente y mediando un contexto de violencia de género y de falsa denuncia”, en perjuicio de Sequeira.

El debate es llevado adelante por la Justicia Federal, ya que inicialmente el caso fue investigado como un presunto secuestro extorsivo, debido a que el abogado denunció que había recibido un llamado para que entregara dinero si quería recuperar a su esposa, lo que finalmente se desestimó.

La víctima, quien convivía desde hacía 13 años con el penalista, desapareció el 29 de diciembre de 2016 de su casa de la localidad de El Ombú, partido de Ezeiza. El abogado denunció el hecho recién el 31 de ese mes y, un día después, aseguró haber recibido un llamado extorsivo en el que le exigieron 80.000 dólares para liberarla.

Sin embargo, la pesquisa determinó que se había tratado de una falsa denuncia, aparentemente tendiente a entorpecer la investigación y ocultar el femicidio.