San Vicente: reclaman por los ruidos de las motos

Piden que la intendencia garantice el cumplimiento efectivo de la ordenanza que prohibe la circulación de vehículos con escape libre o modificado.

El crecimiento urbano que en los últimos años experimentó San Vicente trae consigo consecuencias inesperadas y que parecen conspirar contra la calidad de vida de los vecinos, espacialmente de aquellos que viven y transitan en los cada vez más poblados centros de San Vicente y Alejandro Korn: el estrépito de un número creciente de motos que circulan con escapes libres.

“Hay menos ruido en Santa Fe y Callao que en la esquina de la plaza Mariano Moreno, ya no se escucha a la persona que tenés enfrente y, mucho menos, a los pajaros”, cuenta Gabriela, vecina y docente del municipio de la laguna a InfoRegión.

En ese sentido, el Concejo Deliberante de San Vicente aprobó sobre tablas un proyecto de comunicación presentado por el edil radical Leandro Ameri en cuyo único artículo indica que el legislativo local “vería con agrado” que desde la intendencia se garantice el “cumplimiento efectivo” de la ordenanza 4870 que regula la circulación de vehículos con escape libre o modificado, realizando los correspondientes controles y aplicando las sanciones previstas en dicha norma”.

En sus considerandos, la iniciativa tilda al ruido ambiente como una “amenaza silenciosa” que puede acarrear “desde problemas auditivos a psicológicos pasando por fisiológicos, entre ellos el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria o la presión arterial, y alteraciones del sueño, entre otros”.

La herramienta que no se usa

La ordenanza 4870 fue promulgada en noviembre de 2016 y fue una iniciativa de la edil del por entonces opositor Frente de Todos, Paula Pereyra quien, actualmente, es la segunda candidata a concejal de la lista del oficialismo sanvicentino liderado por su intendente, Nicolás Mantegazza.

La ordenanza vigente prohibe que por las calles del distrito circulen vehículos “con caños de escapes libres ylo modificados” y prevé que los infractores sean sancionados con la “retención del vehículo” para cuya restitución el titular deberá pagar una multa “equivalente a 25 litros de nafta” y, además deberá colocar un caño de escape reglamentario. Para quienes reincidan la ordenanza indica una nueva multa pero, esta vez, equivalente a “30 litros de nafta”.

Sin embargo, y pese, a que quienes impulsaron la ordenanza ahora están a cargo del gobierno y tienen la oportunidad de ponerla en práctica, desde la asunción de la nueva administración ser retiraron los controles que existían en el distrito según indican en las peticiones y comentarios que circulan en las redes sociales.