Y un día, cerró Don Disco

Con el cierre de Don Disco, Lomas y el conurbano pierden a la última disquería de verdad.

Don Disco

Parecía que ese día nunca iba a llegar, al punto tal que uno pensaba que ya formaba parte del paisaje hasta que un día, un papelito en la puerta con un mensaje tan escueto como los que adornaban los discos de las vidrieras nos recuerda que Don Disco ya tenía 54 años, que Ernesto quería descansar un poco y que “todo tiene un final, todo termina”.

Cerró Don Disco, la mítica disquería de la galería Laprida que sobrevivió a crisis, cambios de tecnología y formatos, surfeó modas y tendencias y que vio nacer, crecer y morir a mitos del rock que ya no estarán más en su breve pero concentrada vidriera,

“Casi 54 años con la música”, escribió Ernesto en la vidriera, un mesaje que amplió en la cuenta de Instagram: “Con mucha alegría y nostalgia, nos tomamos un merecido descanso y decidimos cerrar nuestras puertas. Gracias a todos por estos más de 50 años de música. Los queremos mucho ♥️”

Ese posteo reune decenas de respuestas donde los fanáticos de la última disquería de verdad del Sur cuentan cuál fue su primer compra, comparten anécdotas y dan soga a las nostalgias.

Es que para muchos, pasar por Lomas y pasar por Don Disco eran sínónimos: la vidriera prolija, por donde pasajon vinilos -cuando se llamaban elepés-, CDs y cassettes con un cartelito en marcador que los definía en una palabra: “Raro”, “Nuevo”, “Jazz-Rock”, “Étnica”.

En las rateadas del Nacional de Adrogué, o en los paseos sin rumbo por la peatonal, era obligado entrar a Don Disco y hablar con Ernesto de los discos que te hacía escuchar y descubrir cosas como Dan Ar Braz, Gong, Robert Fripp o Chieftains.

También estaban los posters que adornaban el boliche y se transformaban en una suerte de galería de las historias de la disquería que le puso banda de sonido a muchas de nuestras vidas.