La Iglesia advierte que “los presos viven en condiciones inhumanas”

Jorge García Cuerva admitió, en diálogo con Info Región, que "el grado de hacinamiento es muy grande" en cárceles y comisarías.

La tragedia de Transradio, en la que murieron cuatro detenidos en el acto y otros cuatro fallecieron con el correr de los días por la gravedad de  las heridas, generó una advertencia de la Iglesia. La Diócesis de Lomas de Zamora consideró que el dramático hecho “desnuda la situación inhumana en la que viven los presos” y el obispo auxiliar Jorge García Cuerva admitió, en diálogo con Info Región, que “el grado de hacinamiento es muy grande”.

“La Comisaría de Transradio tenía lugar para 10 pero había 27 alojados. Generamos las condiciones para que sucedan estas cosas y es dramático, porque la tragedia se pudo haber evitado, porque por ley, ningún detenido debe permanecer en una comisaría”, reflexionó García Cuerva, quien lamentó que “desgraciadamente, los presos son parte de la cultura del desgaste y sólo son noticia cuando pasa algo así”.

Según advirtió el Obispo, la problemática se debe a que “las cárceles están abarrotadas”, pero además, en muchas ocasiones, “los presos prefieren estar en las comisarías”. “Muchas veces, los mismos presos prefieren quedarse en la comisaría para estar un poco más cerca de sus familias, aunque sus condiciones de vida son mucho más indignas”, admitió.

“La responsabilidad es de todos y aunque es verdad que es un tema del Ministerio de Seguridad y el Servicio Penitenciario, también es una responsabilidad de los jueces, que tenían que estar encima.  Estos hechos tienen que hacernos responsables a todos como actores sociales”, consideró.

El jueves de la semana pasada, en medio de un presunto intento de motín, cuatro reclusos que permanecían cumpliendo prisión preventiva en la comisaría tercera de Esteban Echeverría murieron en un incendio. Más tarde, la cifra de muertes aumentó a 8, convirtiéndose el hecho en la peor tragedia en una comisaría del país, superando a la Masacre de Pergamino.

El edificio, que tenía una clausura judicial, alojaba a 27 presos en un espacio para 10. Una situación de “hacinamiento” que se repetiría en otros comisarías del país, donde el panorama sería similar, según estimó García Cuerva a este medio. “La situación se extiende a todas las comisarías de la Provincia. Yo estuve en comisarías de Zona Norte y nos encontrábamos en la misma situación que en Zona Sur. Es un tema histórico que se agrava porque número de presos en los penales es mayor que antes y los traslados se hacen mucho más lentos”, explicó.