Uruguay pone en jaque al Mercosur


La administración del presidente de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou, tiene decidido avanzar en la flexibilización del bloque regional, una iniciativa para la que cuenta con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro como aliado, y la oposición de Alberto Fernández, a quien acompañan, por diversos motivos, Paraguay y Bolivia.

Fue el canciller oriental, Francisco Bustillo quien en la reunión del Consejo del Mercado Común informó a sus pares de la región la decisión de comenzar con negociaciones extrazona.

En el Gobierno argentino restaron dramatismo y entienden que es parte de la estrategia uruguaya para insistir con la apertura del bloque en la agenda. Sin embargo, se espera que en la reunión de hoy entre los mandatarios, en la que Argentina entregará la presidencia por tempore a Brasil, se reencauce el curso del bloque al tiempo que evaluaron que Lacalle Pou hace política doméstica con este tema y adviertieron que Uruguay estaría incumpliendo el tratado de Asunción que dio origen al MERCOSUR.

Uno de los problemas es que Uruguay quiere avanzar en un acuerdo con China y eso requiere un consenso imposible porque Paraguay reconoce la independencia de Taiwán, un hilo vital de su acercamiento a Estados Unidos y un muro en las relaciones con Beijing. Lacalle Pou sostiene que la resolución 32/00 del año 2000 que impide realizar acuerdos con terceros sin el consenso del bloque nunca se internalizó, mientras Argentina y Paraguay indican lo contrario.

Repercusiones en la economía

Mientras tanto, el Consejo Industrial del MERCOSUR (CIM) realizó declaración conjunta acordada por la Unión Industrial Argentina (UIA) junto a la Confederación Nacional de Industria (CNI), la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), donde expresaron su preocupación ante la posibilidad de que se adopten decisiones que impacten negativamente en el entramado productivo regional

Las entidades plantearon que el bloque “debe tener a la articulación con el sector productivo como un eje estratégico”. Al mismo tiempo, el CIM expresó “la preocupación ante la posibilidad de que se adopten decisiones que impacten negativamente en el entramado productivo regional”.

“Reafirmamos nuestra preocupación ante la posibilidad de que se adopten decisiones que pueden tener un gran impacto en el entramado productivo, máxime en este momento tan particular de la vida de las economías y las sociedades de nuestros países, atravesadas por una crisis sanitaria y en un contexto internacional de gran incertidumbre respecto al futuro”, señaló el comunicado.

A su vez, remarcó: “Seguimos pensando que es fundamental que los gobiernos de los Estados Parte del MERCOSUR instrumenten políticas públicas que creen las condiciones necesarias para asegurar un sendero de crecimiento económico, basado en la inversión y la creación de empleo genuino”.

El antecedente del lastre

Los roces entre Montevideo y Buenos Aires se hicieron explícitos en el marco de la cumbre que por videoconferencia sostuvieron los mandatarios del bloque en ocasión de celebrar los 30 años del tratado que dio origen al bloque regional.

En ese marcoLacalle Pou indicó que el MERCOSUR “no debe ser un lastre”: “No estamos dispuestos a que sea un corsé en el cual nuestro país no se pueda mover, por eso hemos hablado de flexibilización”, disparó al reclamar que se abra la posibilidad de negociar acuerdos con otros países al margen del bloque.

“Vamos a proponer formalmente que se discuta el tema de la flexibilización, necesitamos que el Mercosur tome una decisión al respecto. Después de 30 años, cuando el mundo se mueve muy rápido, hay que actuar. Uruguay necesita avanzar”, sostuvo Lacalle Pou.

Por su parte, un Alberto Fernández visiblemente enojado respondió a su par oriental a “abandonar el barco” si consideraba que “la carga” de Mercosur es demasiado pesada. Fernández lo invitó a bajarse de la nave. “Pido disculpas, no queremos ser una carga para nadie. Si esta carga pesa, lo mejor es abandonar del barco. Terminemos con esas ideas, no queremos ser lastre de nadie. Para mí es un honor formar parte del Mercosur”, respondió Fernandez.