El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, encabezó ayer un acto en memoria del Comisario Mayor de la policía, Jorge Omar Gutiérrez, al cumplirse 28 años de su asesinato ligado a la causa conocida como “Aduana paralela”.
En ese marco, Pietragalla afirmó que la política actual de Derechos Humanos “no ve al policía como un enemigo, sino como un sujeto al que hay que darle herramientas para defender a la institución policial” y agregó que “cada vez que un miembro comete violaciones de derechos humanos pone en juego a toda la institución policial”.
La actividad organizada en Comisaría 2 de Avellaneda por la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y el municipio local, contó con la presencia de los familiares y amigos del Comisario Gutiérrez quien fue asesinado en 1994 mientras investigaba “hechos de corrupción, contrabando y asociación ilícita de funcionarios públicos” ligados a la causa conocida como “Aduana paralela”, se explicó en un comunicado.
En el acto de homenaje Pietragalla consideró que “las fuerzas policiales cometieron violaciones a los derechos humanos y esas acciones no fueron sancionadas a tiempo”. “Esas prácticas siguieron, esas mafias se enquistaron en las fuerzas de seguridad”, apuntó.
La investigación del crimen del Comisario Gutiérrez apuntó a los oficiales Alejandro Santillán y Francisco Mostajo (de la Policía Federal y Bonaerense, respectivamente) que contaron con el encubrimiento de ambas fuerzas de seguridad. En respuesta a esto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos responsabilizó en 2013 al Estado Argentino por la “violación del derecho a la vida en perjuicio de Jorge Omar Gutiérrez y por la impunidad de los responsables de su asesinato”.
Como respuesta a ese fallo internacional, en el pasado mes de junio, se realizó un nuevo juicio en el cual la Cámara de Apelaciones y Garantías de la Plata condenó a los oficiales a la pena de prisión perpetua como autor y partícipe necesario del homicidio. Los autores intelectuales aún permanecen impunes.