A 33 años de la Masacre de Budge, sigue la lucha contra la violencia institucional

Fue el primer caso denominado como “gatillo fácil”. Desde Correpi advierten que hoy son más de 7000 los casos de gatillo fácil y tortura.

Se cumplen hoy 33 años de la denominada “Masacre de Budge” en la que asesinaron a Agustín Oliveira, Oscar Aredes y Roberto Argañaraz de 26, 19 y 24 años, respectivamente. Considerado el primer caso de gatillo fácil, impulsó la creación del Día Nacional de la Lucha contra la Violencia Institucional que también se conmemora hoy. Desde la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) informaron que en la actualidad “son más de 7000 los pibes y pibas asesinados por el gatillo fácil y la tortura”. 

Año tras año, familiares de las víctimas, amigos y organizaciones que luchan contra la violencia institucional homenajean a Agustín, Oscar y Roberto con diferentes actividades para mantener viva su memoria y recalcar que la Violencia Institucional es una realidad y una herida que no solo no se cierra, si no que sigue sangrando. 

Hoy, en una situación atípica de aislamiento y sin poder salir a la calle para conmemorar a las víctimas, desde Correpi rogaron “estar más atentos que nunca a denunciar la represión estatal”. “Con más de 7000 pibes y pibas asesinados por el gatillo fácil y la tortura, en esta situación de excepción que nos impide salir a la calle pero nos exige estar más atentos que nunca a denunciar la represión estatal, seguimos apostando a la unidad, la organización y la lucha, como en Budge”, indicaron a través de un comunicado.

Un ejemplo de violencia que se plasmó en la Región fue la agresión de policías sobre un par de adolescentes de 15 años que estaban en la calle durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, en Avellaneda. Los oficiales Lucas González y Carlos Sosa fueron grabados por una cámara de seguridad que captó el momento en el que uno de los efectivos le dio puntapiés a uno de los chicos y el otro tomó su cachiporra para intimidar al que estaba sentado en el piso. Ambos efectivos fueron desafectados.

De acuerdo al relevamiento realizado por la organización, en 2019 se produjo una muerte cada 22 horas por Violencia Institucional, mientras que desde el 2015 al 2018 se dio cuenta “del mas fuerte incremento de la represión estatal desde 1983”, aseguraron desde Correpi.  La cifra es alarmante y preocupante.

Ahora, con “más de 7000 casos” y en circunstancias de aislamiento, Correpi lanzó el “Manual del Pequeño Detenido”. El mismo detalla paso por paso “todo lo que hay que saber si te detienen o detienen a un amigo” y a partir de una cita de Rodolfo Walsh, desde la organización pidieron: “Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance. El terror se basa en la incomunicación, rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror, haga circular esta información”.

La “Masacre de Budge”. Reveló la brutalidad de las fuerzas de seguridad y le dio lugar a una lucha que todavía se está librando.

Agustín Oliveira (26), Oscar Aredes (19) y Roberto Argañaraz (24) estaban reunidos en la esquina de Figueredo y Guaminí cuando fueron atacados por tres policías Juan Ramón Balmaceda, Isidro Romero y Jorge Miño, los asesinos que luego intentaron simular un enfrentamiento.

En el barrio reaccionaron rápidamente para desenmascarar esa violencia que no era nueva y reclamaron justicia. El caso fue uno de los primeros en ser reconocidos como “gatillo fácil” y después de dos juicios, uno en 1990 y otro en 1994, se condenó al suboficial Juan Ramón Balmaceda, el cabo Juan Alberto Miño y el sargento Isidro Rito Romero a 11 años de prisión.

Sin embargo, los asesinos estuvieron varios años prófugos: Romero fue detenido recién el 9 de octubre de 1998, es decir once años después del triple crimen. Miño fue capturado el 19 de septiembre de 2006, mientras que Balmaceda, fue encontrado por la policía el 2 de noviembre del mismo año.