Gilda Acosta Duarte fue condenada a 11 años y seis meses de prisión por el asesinato de su pareja, en el marco de lo que ella advierte como una situación de defensa de sus hijos, quienes le contaron que eran abusados por su propio padre. La pena fue dada a conocer esta semana pero un juicio por jurados la había encontrado penalmente responsable del homicidio hace ya algunos días.
Acosta Duarte fue hallada culpable por matar a su pareja, en febrero de 2019. La fiscal había solicitado que la condena sea con atenuantes: 13 años de prisión y que continúe con arresto domiciliario. Finalmente, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Lomas de Zamora la condenó a a 11 años y 6 meses.
En el juicio, la mujer de 50 años explicó que cometió el crimen tras los reiterados ataques de violencia familiar y los abusos sexuales a los que eran sometidos sus hijos por parte del hombre asesinado. Un jurado popular la había declarado culpable del “homicidio mediando circunstancias extraordinarias de atenuación” de Alejandro Sánchez Escobar (28).
El debate con jurados populares comenzó el miércoles 4 de mayo y en la segunda audiencia, Acosta Duarte sufrió una descompensación mientras uno de sus hijos declaraba sobre los supuestos abusos sexuales que era sometido por su padre. Antes del inicio del debate, la mujer dio una entrevista y aseguró que el desencadenante del crimen fue el haberse enterado que Sánchez Escobar había abusado sexualmente de sus dos hijos de 12 y 13 años.
El crimen se produjo la noche del lunes 18 de febrero de 2019, alrededor de las 11, cuando la mujer, de nacionalidad paraguaya, tomó un disco de una pesa de 10 kilos que usaban para trabar una puerta para golpear a su pareja y luego agarró el cable de un ventilador, lo cortó y lo estranguló.
Los médicos forenses de la morgue judicial de Lomas de Zamora confirmaron en la autopsia que la causa de la muerte de Sánchez Escobar, quien también era paraguayo, fue asfixia por estrangulamiento a lazo. También detectaron que el joven presentaba unos diez golpes en el cráneo que se cree fueron los provocados por la pesa y que lo dejaron atontado, circunstancia aprovechada por la asesina para poder estrangularlo sin que ofreciera mayor resistencia, dijeron los voceros.
El hecho fue descubierto dos días después, en una casa situada en Corbacho al 1500, en la localidad de Villa Rita, partido de Lomas de Zamora, cuando la mujer se presentó en el destacamento local y pidió hablar con el efectivo encargado, a quien le dijo: “Maté a mi pareja y lo puse en un ropero con cemento”. La mujer entregó, además, las llaves de su domicilio, tras los cual, personal de la Policía Científica y de Bomberos se trasladó hasta el lugar para certificar los dichos de la mujer.