Cruce de acusaciones por los incidentes en la protesta de los municipales de Lanús


La protesta de trabajadores municipales de Lanús que se llevó a cabo esta tarde terminó con incidentes y acusaciones cruzadas de agresiones entre dirigentes del Sindicato de Trabajadores Municipales y las autoridades locales.

Desde el STML denunciaron que fueron reprimidos cuando reclamaban en las puertas de la intendencia que se les reintegre el descuento por un día de paro, en tanto que el jefe comunal, Néstor Grindetti, dijo que el problema se desencadenó por “un grupo de inadaptados” que el único propósito que tienen no es discutir paritarias sino, romper todo.

“Comenzamos esta lucha con el Ejecutivo hace dos años, cuando el intendente Néstor Grindetti despidió, en plena pandemia, a varios compañeros, mientras acrecentaba la planta política con nuevos funcionarios”, explicó a Télam Karina Gutiérrez, afiliada al Sindicato de Trabajadores Municipales que en Lanús conduce Miguel Pedelhez.

Gutiérrez indicó que al reclamo de reincorporación se sumó el de una mejora salarial dado que, dijo, “la brecha salarial entre un funcionario y un trabajador municipal es muy grande” y detalló que los sueldos rondan entre los 20 y 30 mil pesos.

Con ese conflicto de fondo, y ante la negativa del Ejecutivo de sentarse a dialogar en lo inmediato, el pasado 7 de junio hicieron un paro en reclamo de mejoras salariales, jornada que fue descontada.

“Hoy cuando fuimos cobrar nos enteramos que nos habían descontado el día”, señaló la trabajadora y agregó: “Es un hecho inédito porque en la historia de Lanús nunca se descontó un día de paro”. Gutiérrez aseguró que, además, se descontó presentismo, un porcentaje del aguinaldo ya cobrado -medida que impactó también en los pasivos-, y al personal de salud se le quitó el plus que reciben del Ministerio de Salud.

Ante esta situación, en distintos puntos del distrito donde los trabajadores cumplen servicios, se desarrollaron manifestaciones en reclamo del reintegro de lo descontado y de mejoras salariales. “Todo fue espontáneo, nadie convocó”, señaló la mujer y agregó que cuando llegó al playón del Palacio Municipal, integrantes de ATE realizaban una radio abierta en solidaridad de su reclamo.

Teníamos pensado hacer una asamblea en la puerta del municipio, pero nos cerraron las puertas y apareció la policía“, agregó la trabajadora, quien dijo que ante la decisión de algunos presentes de tratar de ingresar al municipio, los efectivos los reprimieron.

“Me acerqué para tratar de establecer un diálogo entre el gremio y la policía y me ligué un palazo que me provocó una quebradura en la mano”, relató y agregó: “No fui con un arma, ni con ánimos de agredir, fui a dialogar y recibí un golpe; estaban con actitud muy provocativa”.

“Los municipales, históricamente, cuidamos nuestra casa, jamás ocurrió un hecho de estas características”, aseguró. Consultada sobre los pasos a seguir, indicó que decidieron continuar con una medida de fuerza de 72 horas la semana próxima que, por la respuesta del municipio, no incluirá paro, sino una olla popular, actividades de difusión del conflicto, y quite de colaboración en algunas áreas.

En tanto, el intendente Grindetti se refirió a la situación en su perfil de Twitter: “Hoy es uno de esos días donde se ven las dos caras de la misma moneda”, señaló el jefe comunal del PRO. “Por un lado, cientos de trabajadores municipales brindando servicios a nuestra comunidad. Lo que vinimos a hacer desde el primer día que asumimos en 2015; por el otro, un grupo de inadaptados que el único propósito que tienen no es discutir paritarias si no, romper todo y joderle la vida a los demás. Una metodología violenta y vetusta”, sostuvo Grindetti.

En esa línea y acompañando con imágenes del edificio en la que se ven vidrios rotos y personas con pecheras de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), agregó: “A mí no me van a mover un centímetro de esta manera. Podemos dialogar todo lo que haga falta, pero no se olviden que estoy acá para que los vecinos de Lanús reciban un servicio acorde al que merecen. A mí no me van a llevar a las patadas”.