Luego de que la Cámara de Diputados ratificara el veto de Javier Milei a la Ley de Movilidad Jubilatoria, se registraron incidentes en los alrededores del Congreso cuando el Gobierno decidió activar el protocolo antipiquetes contra los manifestantes y jubilados que se manifestaban en rechazo a la medida.
Efectivos a pie y camiones hidrantes avanzaron contra las columnas para intentar dispersarlas y liberar las calles. Varias personas fueron atendidas en el lugar por golpes, heridas de balas de goma y el efecto de los gases lacrimógenos.
Desde muy temprano, la zona se encontraba preparada con un operativo de seguridad especial dispuesto entre la Ciudad de Buenos Aires y un amplio despliegue de las fuerzas: miles de policías de la Federal, sumados a vallados en las calles linderas y camiones hidrantes se dispusieron en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
La actividad comenzó a las 11 de la mañana, y paralelamente, sindicatos, movimientos sociales, partidos políticos y asociaciones de jubilados se movilizaron al Congreso para exigirle a los legisladores que volvieran a avanzar con la norma que recompone los haberes previsionales.
Durante el desplazamiento de las columnas, Prefectura también realizó un fuerte operativo y en la Autopista se demoró a los colectivos que trasladaban a militantes y trabajadores nucleados en los gremios ATE y en ATULP.