Los más vulnerables en la línea de fuego

Son los que salieron hoy a cobrar sus haberes. Son los que pasaron la noche haciendo fila.

Tanto los abuelos como los hogares que no tienen un ingreso fijo y dependen de la asistencia del Estado salieron este viernes a las calles. En el día 16 de la cuarentena obligatoria, miles de personas se concentraron en las entidades bancarias para tener algo de dinero que les permita comprar alimentos y remedios.

Desde el comienzo de la semana, cuando se anunció el pago del Ingreso Familiar de Emergencia para asignaciones, se sabía que el viernes iba a ser un día crítico. Los días pasaron y no hubo marcha atrás con ninguna medida, aunque sí se garantizó la apertura de los bancos para que los adultos mayores que no tienen tarjeta puedan cobrar sus haberes de abril y el bono de ayuda.

Recién hoy se difundió que los bancos estarán abiertos durante toda la cuarentena, recién hoy se decide que las entidades van a abrir el fin de semana (sábado y domingo) para asistir a los que no cuenten con el plástico. Pero las filas en las inmediaciones de las entidades comenzaron a formarse ayer.

Anses no modificó el calendario de pago, los bancos no avisaron que iban a abrir todos los días y los abuelos salieron en busca de su dinero. Es habitual ver extensas filas de personas mayores, pero las imágenes impactan más durante la cuarentena. La Policía apareció temprano para intentar dar algo de orden a las filas (sí, los bancos dispusieron fila para jubilados y para beneficiarios de la AUH y por Embarazo) pero la división no impide la cercanía y el peligro de contagio.

Y del otro lado aparece ese hombre o esa mujer que ya no puede comprar alimentos, ese al que ya no le fían en el almacén del barrio, ese al que le cobran la leche casi 100 pesos. Miles de personas salieron en busca de los 10 mil pesos prometidos (Ingreso Familiar de Emergencia) y otros volvieron para ver si ya tenían depositado el bono de 3100 por hijo que debieron cobrar el 27 de marzo.