Villa Fiorito: La pandemia que golpea más fuerte a los que menos tienen

¿Qué pasa cuando la plata se termina y el virus llega? El miedo y la angustia toman una dimensión más grande para aquellos que no tienen los recursos suficientes.

Sin poder trabajar a pesar de la necesidad de un ingreso, en los barrios populares la situación que genera el coronavirus es mucho más grave. Maruca es una vecina de Villa Fiorito que vive con su marido, discapacitado, y sus tres hijos, todos ellos menores. Es empleada doméstica, en negro, y a pesar de la cuarentena debió seguir trabajando en una casa, a 15 cuadras de donde vive, para poder alimentar a su familia, al menos hasta la semana pasada.

En diálogo con Info Región, la vecina de Lomas de Zamora contó que su esposo dio positivo de coronavirus luego de que presentara los síntomas y se le realizara el hisopado. Desde ese día, continua en su casa.

Como no presenta síntomas, no se le realizó el hisopado y se encuentra “bien”. No obstante, la angustia invade la casa de Villa Fiorito, ya que no encuentra la manera de seguir adelante y está aislada en su casa

Hace una semana que no va a trabajar y al estar en negro, no recibe ayuda. Solo el resto de la familia le acerca mercadería y, una vez que el colegio se notificó de que tres chicos permanecían en el lugar sin poder comer, envían bolsones de comida para que puedan afrontar la situación.

“Pude recibir el primer IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), pero mi esposo no. Con eso tratamos de arreglarnos, aunque es difícil. No alcanzan algo de mercadería y estamos arreglándonos con eso nada más, con la mano que nos dan”, relata.

Un golpe a la salud y otro al bolsillo. Cuando el presente no mejora y los efectos de los golpes dejan sus secuelas, no hay cuerdas que sostengan la angustia. “Dijeron que nos iban a llamar, pero hasta ahora nada. Ni un médico nos vino a ver. Yo no tengo síntomas pero estoy sin saber si me contagié”, concluyó.