Cerró La Fontanella, la emblemática confitería napolitana de Temperley

La reconocida confitería familiar de Temperley cerró sus puertas. Desde hacía 37 años funcionaba sobre Pasco al 700.

La pandemia de Covid-19 provocó estragos e hizo que varios comercios cerraran sus puertas de manera definitiva. Es el caso de La Fontanella, la emblemática confitería tana con más de 37 años, que enamoró a más de uno con sus famosas “Sfogliatellas”.

Don Carlo Ramullo

La Fontanella, ubicada en Pasco 761 de Temperley, fue una empresa familiar que nació a partir de la llegada al país, en 1983, de Don Carlo Ramullo, “un pequeño gran napolitano que amaba la Argentina tanto como a su tierra natal”.

Don Carlo, junto a su esposa María y sus hijos Carmelo, Mario y Rosa, le dio vida a este proyecto. “Así empezó todo, en familia y con pasión, la pasión que los italianos le ponen a todo lo que hacen en la vida“, contó Mario Ramullo.

Don Carlo falleció hace ya 24 años, pero la empresa familiar continuó bajo el impulso de los hijos hasta que decidieron bajar la persiana. La confitería cerró sus puertas hace algunos días y fue un “golpe muy duro emocionalmente”. “Fue terrible sentarse frente a nuestra madre de 97 años y explicarle el cierre de su amada confitería. Explicarle a nuestros empleados, algunos de 30 años de experiencia, que ya no teníamos trabajo para darles”, lamentó.

De pie izq a der: Mario, Rosa y Carmelo Ramullo. Sentada María, su madre.

Ramullo precisó que han sido varios los factores que llevaron a la decisión de cerrar las puertas: la edad de los socios y la imposibilidad de continuar con la tradición familiar; la inactividad, la poca demanda y los gastos fijos que no pudieron sostener.

“Eramos una empresa de estructura pesada, con varias unidades de negocios dentro del mismo: Eventos, que este año no se pudieron hacer; reparto de medialunas a cafeterías, que estuvieron cerradas mucho tiempo; reparto de sfogliatellas, nuestra vedette, que también pasó lo mismo. Nos quedamos con el 100 por ciento de los costos de una estructura, personal y vehículos que estaba preparado para mucho más volumen de trabajo”, señaló, a la vez que enfatizó en que “con 12 empleados, y 3 socios, fue insostenible la economía”.”Si seguíamos un año más, íbamos directo a la quiebra“, advirtió.

Las famosas Sfogliatellas

El hombre confesó que veían venir el final y que de cierta manera se prepararon para el aterrizaje de emergencia. Es por esa razón que pudieron tomar los recaudos para que sus proveedores y empleados “no salieran mal heridos”.

Fuimos un emblema en Temperley. Cuando alguien quería un postre rico y de buena calidad, iban a La Fontanella, sin desmerecer a la competencia. Unos sándwiches frescos y grandes…y las mejores sfogliatellas. Se dirigían sin pensarlo a Pasco 761″, recordó el hijo de Don Carlo. Contó, en este triste final, que durante una conversación con su hermano Carmelo, le dijo: “Nosotros la abrimos, nosotros la cerramos“.