Arrancaron hoy en la Cámara de Diputados las reuniones informativas con la participación de invitados quienes expondrán acerca de la implementación de la boleta única de papel a nivel nacional en el marco de un encuentro de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, y Hacienda previstas en un cronograma impulsado por la oposición que logró los votos a favor de Juntos por el Cambio, bloques federales y los libertarios.
La primera expositora que habló – fue Julia Pomares, jefa de asesores del Gobierno de la Ciudad, quien consideró que la boleta única “les asegura a los votantes que al momento de votar pueden tener todas las opciones” y así “el mismo derecho a votar esté en un cuarto oscuro en Balvanera, Trelew o González Catán”.
El exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey, observó que en Occidente hay una muy fuerte crisis en el sistema representativo y explicó que cualquier reforma que se plantee debe entender cómo “amigar este sistema representativo, que está francamente en crisis, para que el ciudadano pueda realmente sentirse representado” y subrayó que la boleta única se trata de “un avance”.
Por su parte Adrián Pérez, exsecretario de Asuntos Políticos durante la gestión de Cambiemos e impulsor del proyecto de reforma electoral en esos años defendió el cambio del instrumento de votación y admitió que “hay que encontrarle una vuelta” en el caso de simultaneidad de elecciones nacionales con provinciales, dado que los distritos tienen sus propios sistemas y enfatizó que “el instrumento de votación nuestro es arcaico, viejo, no va más en el mundo y tenemos que cambiarlo”.
Alejandra Pericola, del Observatorio Electoral UBA, resaltó que la boleta única ya se utiliza para que voten quienes están privados de la libertad y los argentinos que residen en el exterior y consideró que el sistema actual trae “inconvenientes y problemas no solo durante la campaña electoral”, sino también en “la tarea de las autoridades de mesas” y “la fiscalización de los partidos políticos”.
“La boleta única de papel elimina el robo de boletas; disminuye el gasto electoral; se reduce el consumo de papel; fortalece la transparencia de los procesos electorales; esperamos que pueda eliminar algunas prácticas clientelares”, al tiempo que se puede implementar la plantilla en braille y agiliza las tareas de escrutinio, sostuvo.
También a favor el intendente de Rosario, Pablo Javkin, recordó que “en Argentina ha habido famosos haciendo política desde mucho antes” de que se implemente la boleta única. Para refutar a quienes argumentan que este sistema permite la “farandulización” de la política, el jefe comunal señaló que “el fenómeno de la crisis de la representación política no tiene nada que ver con el medio de emisión del voto. Es otra discusión que tenemos que dar quienes hacemos política en relación a cómo logramos asegurarnos la representación popular”.
Desde el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPPEC), Carolina Tchintian indicó que la boleta única “lo que hace es permitir al votante traducir su preferencia en un voto de manera fácil y fiel”, mientras que “asegura que la experiencia de votar sea uniforme, consistente a través de los distritos entre votantes” y “equipara y nivela la cancha entre partidos políticos”.
De acuerdo a encuestas realizadas por la organización que representa, en la provincia de Santa Fe, donde ya se utiliza este sistema, “9 de cada 10 votantes lo calificó como un instrumento bueno o muy bueno” y “6 de cada 10 dijeron que es más fácil que la boleta partidaria”.
Entre quienes hablaron en contra del cambio del sistema electoral, estuvo el politólogo Andy Tow, quien consideró que la boleta partidaria permite “construir de coaliciones multinivel” y “unir y sumar fuerzas de diversos niveles de gobierno mediante una oferta unificada”.
Por su parte, Dolores Gandulfo, de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL , negó que la boleta única “no requiera la fiscalización”. “Los partidos políticos aún con boleta única requieren de una fiscalización constante durante el proceso electoral y especialmente en el recuento”, apuntó.
Además, estimó que este instrumento “presenta riesgos en la gobernabilidad” y exige de un “proceso de capacitación electoral” amplio. “No contamos con evidencia que muestre las virtudes de este instrumento para poner en riesgo un sistema legitimado por todos los actores y el pueblo argentino”, completó.
En ese sentido, Facundo Cruz, de la UBA y UTDT, sostuvo que “las reformas políticas se suelen implementar cuando algo está saliendo mal o cuando se quiere mejorar algo. Actualmente no hay evidencia sistemática de que algo esté saliendo mal respecto al instrumento de votación”. Y consideró que, de acuerdo a las iniciativas presentadas, “algunas cosas puede que comiencen a salir mal cuando se pongan en marcha”.
En igual dirección, Tomás Aguirre, de la Agencia de Comunicación Monteagudo, defendió que el sistema electoral al que calificó de “confiable”, donde ha habido “elecciones libres, limpias, transparentes y sobre todo legítimas” y “hay mucha evidencia al respecto”.