Morimoto de Hawaii a Temperley, y del conurbano a Guam

El lateral izquierdo de 19 años integrará el plantel que representa a esta isla de 540 kilómetros enclavada en el Pacífico Occidental.

Hijo de japoneses, nacido en Hawaii, ciudadano norteamericano, criado en Guam, hincha de Vélez y lateral izquierdo de las juveniles de Temperley, si a alguien le cabe el término ‘ciudadano del mundo’ o merece la canción de Facundo Cabral, No soy de aquí, ni soy de allá, es a él, a León Morimoto, flamante convocado para formar parte de la selección de Guam de cara a las Eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022.

El lateral izquierdo de 19 años integra por primera vez el plantel que representa a esta isla de 540 kilómetros de superficie y habitada mayoritariamente por los chamorros, un recuerdo del pasado colonial español que la anexión a los Estados Unidos no pudo borrar. 

Esta colonia estadounidense en Micronesia, en el Pacifico Occidental, alberga a menos de 200 mil habitantes, y su combinado nacional sólo sabe de derrotas en el Grupo A de la clasificación de la Confederación Asiática de Fútbol junto con Siria, China, Filipinas y Maldivas.

Ascendido al primer equipo de la mano de Walter Perazzo, Morimoto aún no debutó con el gasolero donde llegó desde Independiente de Avellaneda para incorporarse, con 17 años, a la quinta división.

Su historia arrancó cuando con 14 años decidió abandonar Dededo, la ciudad más populosa de Guam, donde vivía desde los cuatro años, de la mano de un ojeador que lo vio jugar en el Stryker FC, el club más importante de la zona.

Ignorante gasta del idioma que se hablaba en estas tierras, se probó en el Rey de Copas donde fue fichado y se instaló en la pensión que el club tiene en Villa Domínico. La aventura roja duró un año, y, tras ser declarado futbolista libre, hasta se sumó a Temperley donde tras cumplir 18 años firmó su primer contrato.

Ya en cuarta división, la pandemia frenó su progresión y junto a un compañero colombiano -Osvaldo Pacheco- se convirtieron durante meses en los únicos seres humanos que habitaron en el Beranger.

En nuestro país, se hizo hincha de Vélez, fanático de las mollejas y admirador del lateral izquierdo del seleccionado argentino Nicolás Tagliafico a quien nunca vió en persona. “Me gusta la actitud que tiene, como dicen acá ustedes con “huevos”. No lo conozco personalmente, pero viéndolo me gusta que toma la responsabilidad y quiero llegar a ser como él”, admite este joven que vivía a cinco cuadras del Pacífico y tocaba el ukelele.

Morimoto es uno de los cuatro jugadores profesionales nacidos en Estados Unidos que militan en el fútbol argentino junto con los hermanos Joel y Alan Soñora que representa a Talleres e Independiente, y Matko Miljevic que viste los colores de Argentinos Juniors. 

“Nací en Estados Unidos, me siento muy yanqui y me gustaría jugar en su selección. Para mí es algo que va a pasar en algún momento. Sé que tengo que entrenar mucho para eso y sé que es algo que va a pasar. Me imagino terminando bien la carrera, sin que pase algo malo en la mitad del camino”, declaró en una entrevista a la hora de elegir entre jugar con las selecciones de Guam, Estados Unidos y Japón. aunque aclaró que “obviamente que si te llaman de cualquier selección, tenés que jugar, no le podés decir que no”.

Ni de aquí, ni de allá, Morimoto vestirá la camiseta azul de Guam y cantará el Fanohge Chamoru, el himno guajanés, ése que dice: “Kånta i ma tunå-ña gi todu i lugåt / Para i onra, para i gloria / Abiba i isla sen parat.”