Lomas de Zamora: tensión en la comisaría de Parque Barón por un intento de fuga

Un gran operativo de seguridad se montó frente a la dependencia.

Un fuerte operativo de seguridad se despliega desde esta mañana en las inmediaciones de la comisaría de Parque Barón en el partido de Lomas de Zamora, con presencia del cuerpo de Infantería y de un escuadrón especial del GAD (Grupo de Apoyo Departamental) de la policía Bonaerense.

Según relataron familiares de detenidos en esa dependencia, la fuerte presencia de efectivos se debe a que se produjo la fuga de un preso durante la madrugada, aunque fuentes policiales afirmaron a InfoRegión que se trató de un intento de fuga, pero que fue controlado y que una persona que intentó brindarle asistencia desde el exterior fue detenida.

Para asistir a los fugados se preparaba a la vuelta de la comisaría, sobre la calle Los Jacarandaes, un Volkswagen Golf rojo, que fue secuestrado por efectivos policiales y a primeras horas de la tarde era examinado por personal de la Policía Científica de la Bonaerense.

En medio de un marcado mal humor, los responsables del operativo declinaron realizar declaraciones oficiales sobre lo que estaba ocurriendo, aunque extraoficialmente confirmaban que no se había producido ninguna fuga.

En cambio, un numeroso grupo de familiares de los más de 20 detenidos que alberga la comisaría de Parque Barón relató que estaban en la vereda desde las 10 de la mañana aguardando en medio de la calurosa jornada que les autorizaran ingresar a la dependencia y que informalmente les contaron que se habían intentado fugar dos presos, pero que solo uno lo había logrado y que habían detenido a otro a la vuelta de la comisaría.

“Si no pasó nada, por qué hay como cien policías por todos lados, con cascos, con escudos. Algo pasó, querémos saber cómo están adentro”, planteaban los familiares con preocupación.

El Golf rojo sobre Los Jacarandaes aguardaba a los presos que intentaron fugarse

Nada de eso pudo ser confirmado oficialmente, aunque el fuerte despliegue de efectivos durante más de cinco horas aportaba un elemento clave para la desconfianza de los familiares, que exigían saber algo de sus parientes detendos.

“No nos dicen nada, no sabemos cómo están y no nos dicen cuándo vamos a poder entrar”, se quejaba Mariana, una mujer de unos 30 años, que esperaba para ver a su hijo.

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