Sergio Rodríguez es un vecino de Claypole que desde enero se encuentra sin trabajo, por lo que se vio obligado a salir a trabajar en instalación y reparación de aires acondicionados, a pesar de la pandemia. Con el correr de los meses, si bien no presentó síntomas, su familia si. Y lejos de recibir la atención esperada, la fiebre y los dolores se fueron sin siquiera un hisopado.
En diálogo con Info Región, Sergio detalló que toda su familia presentó, simultáneamente y poco a poco, los síntomas más conocidos: Fiebre, dificultad para respirar, malestar general y hasta, en algún caso puntual, la pérdida del olfato.
“En casa somos mi esposa Viviana, de 45 años, y mis hijos Javier y Matías, de 22 y 12 respectivamente. No tenemos obra social porque estoy trabajando por mi cuenta desde enero y le tuve que dar de baja, ya que tenía un costo de 15.000 pesos”, contó.
A pesar de que los síntomas llegaron, las respuestas no. Pasaron 15 días y se pudieron comunicar solo en una oportunidad con el SAME, desde donde le confirmaron que iban a mandar una ambulancia y nunca llegó. ¿El 148? Tampoco contestó.
En este contexto, Sergio recurrió a su hermana Mariela para que le de una mano. También a este medio, ella contó que se acercó “a la delegación municipal en Claypole para buscar alguna respuesta”, pero tampoco tuvo suerte. “Me dijeron que en estos días iba a ir el Plan DetectAr, pero no me aseguraron que iban a verlos ni a hisoparlos”, relató.
“No sabíamos qué hacer. Les pregunté si tenían que ir al hospital para recibir alguna atención y me dijeron que no, que iba a ser peor, que tenían que quedarse en su casa y esperar alguna respuesta ahí”, agregó la hermana.
Finalmente, tras 15 días, los síntomas en la familia de Claypole comienzan a irse. “Queda un mínimo, como algo de tos o fiebre, pero leímos que se irán cerca de los 30 días”, comentó Sergio, en charla con este medio, mientras sigue esperando alguna respuesta.