Alan Lipovsky tenía 33 años. Tras una discusión de tránsito, fue asesinado frente a su familia en Gerli, partido de Avellaneda. La madre, Cristina, sólo pide justicia y que el asesino sea encarcelado. “Su vida se fue y me quedé sola para siempre, no tengo a más nadie en la vida”, aseguró.
Alan Lipovsky tenía 33 años y se dirigía a la casa de su tía cuando tuvo un altercado con un motociclista en plena calle. El conductor de la moto lo siguió y cuando llegó, comenzó una pelea que terminó de la peor manera. Sacó un objeto punzocortante y lo apuñaló. Fue trasladado por la propia madre al hospital Fiorito de Avellaneda pero no sobrevivió.
Si bien trascendió hoy, el hecho ocurrió el sábado alrededor de las 18.30 en un domicilio de la calle General Paz al 1600.
Cristina señaló que cuando Alan estacionó en la puerta de su casa, se dio cuenta de que el motociclista lo había seguido y recordó que antes de que su hijo llegara a bajar del auto, este hombre “lo empezó a agredir” y la pelea a golpes continuó cuando se bajó del Corsa. “En un momento, amaga como que va a sacar un arma y mi hermana, que estaba en la calle en ese momento, se abalanza sobre él y lo empieza a golpear. El muchacho de la moto se va y pensé que todo había terminado ahí”, dijo la mujer, quien explicó que en ese momento es cuando su hijo le contó todo sobre el incidente previo y le aclaró que no conocía al agresor.
Cristina señaló que su hijo entró a la casa para ir al baño y que pasaron entre siete y diez minutos cuando vio que por la calle De la Serna se acercó alguien que se abalanzó sobre su hermana, María Fleitas, a quien comenzó a agredir con un arma blanca. “Mi hermana de un ojo no ve y pensó que era un fierro y pone su mano y ataja los golpes. Mi hijo cuando ve eso, se abalanza sobre el hombre, no sé si le vio el puñal o quiso defender a su tía. Le dijo ‘dejá a mi tía, no la toques’ y le largó una patada y ahí le asestan una puñalada y el hombre sale corriendo”, narró.
La madre contó que ella corrió detrás del agresor y vio que se subió “a una camioneta tipo Trafic”, pero que luego escuchó que su hijo le gritaba: “Mamá, me dio un puntazo, llevame al médico”. “Subió al auto con sus últimas fuerzas y se desvaneció sobre mí, y así manejé hasta el hospital Fiorito. Su vida se fue y me quedé sola para siempre, no tengo a más nadie en la vida”, afirmó en llanto la madre de la víctima.
La propia mujer que fue testigo explicó que fueron dos personas distintas las que fueron a su casa y que por lo que le dijeron serían “padre e hijo”. “El primero que vino, yo alcancé a verlo desde la ventana de mi cuarto. No era una persona tan grande. La persona que vino después era una persona muy robusta, de 1,70 o 1,75 (de altura)”, describió.
“Le sacó la vida a mi hijo. Esta persona está identificada”, dijo la mujer, quien destacó el trabajo de la policía pero reclamó más trabajo por parte de la fiscal a cargo de la causa, Alejandra Olmos Coronel, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Avellaneda. “Me robó la vida de mi hijo, yo quiero justicia. Quiero que se muevan, quiero que esta gente pague”, agregó Cristina, quien además, aseguró que por lo que luego le contaron los vecinos, el autor del crimen de su hijo “dejó inválida hace dos años a otra persona y estaba libre”.
Según fuentes policiales, la tía de la víctima describió a uno de los agresores como un hombre de contextura física robusta que vestía pantalón corto y una camiseta de fútbol del club Rosario Central. Lipovsky fue trasladado al Hospital Fiorito de Avellaneda por su propia madre, pero allí, pese a los intentos de los médicos, falleció por la gravedad de la herida recibida.