El juicio por el crimen del barrendero entra en la etapa de alegatos

Se juzga dos homicidios en ocasión de robo que ocurrieron en 2020, cuyas víctimas son Juan Roberto Bonifacio y Esteban Nicolás Lagos.

barrendero de sarandí

El juicio que se le sigue a dos hombres acusados de matar a balazos a un policía y a un barrendero, durante un asalto a bordo de un colectivo que circulaba por el barrio porteño de Barracas en octubre de 2020, entrará hoy en la etapa de alegatos.

La audiencia está prevista para las 10, cuando los acusados Diego Gastón Guida y Cristian Ramón Vivas escucharán a los últimos tres testigos y luego los alegatos de la fiscalía, la querella y las defensas.

Los homicidios que se les imputan son el del policía Esteban Nicolás Lagos (28) y el barrendero Juan Roberto Bonifacio (34), cometidos el 19 de octubre de 2020 a bordo de un colectivo de la línea 100.

El debate se lleva a cabo en el Palacio de Tribunales ubicado en la calle Talcahuano 550, de la ciudad de Buenos Aires y está a cargo de los jueces Gustavo Alterini, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 porteño.

Si bien la tercera jornada del juicio, el pasado 21 de septiembre, se realizó en gran parte a puertas cerradas porque declararon testigos de identidad reservada, fuentes judiciales dijeron a Télam que uno de ellos complicó la situación de los dos imputados por el doble crimen al asegurar en el juicio oral que escuchó cuando uno de los acusados le decía al otro “vamos a ‘poner’ a un bondi” -lo que en la jerga significa ir a asaltar un colectivo-, le mostró un arma de fuego y, luego, uno de ellos le admitió que habían matado a un policía.

El caso

El crimen del policía Lagos y del barrendero Bonifacio ocurrió cerca de las 23.40, a bordo del interno 4845 de la línea 100, ramal 1, que circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, cuando dos ladrones subieron armados y con intenciones de robo.

Según lo que pudieron reconstruir los investigadores en base al relato del chofer y de los pasajeros, cuando abordaron el colectivo, uno de los ladrones pasó saludando hacia el fondo y el otro se quedó en la parte delantera, extrajo un arma y anunció que se trataba de un asalto. “¡Bueno, están todos regalados!”, fue la frase que ese delincuente gritó al iniciar el robo, tras lo cual tomó como “escudo humano” a un joven de 29 años que viajaba en el primer asiento detrás del chofer.

Al ver la situación, Lagos, quien viajaba entre el pasaje uniformado y con su chaleco antibalas colocado, se levantó de su asiento para dar la voz de alto, pero de inmediato comenzaron los disparos. La autopsia determinó que el policía recibió cuatro tiros de frente: uno en el cuello, otro en el pecho, un tercero en un brazo y el restante en una pierna.

En el caso del recolector de residuos Bonifacio, fue alcanzado por un único disparo que ingresó por la espalda, ya que viajaba en un asiento que miraba hacia la luneta trasera del colectivo.

Otros dos pasajeros, de 30 y 34 años, resultaron baleados, uno en una pierna y el otro en un pie, con heridas que no revistieron gravedad.

Los dos delincuentes resultaron ilesos y escaparon de la unidad luego de pedirle al chofer que abriera la puerta y de robar la pistola 9 milímetros reglamentaria al policía baleado. Tras ser detenido, se estableció que Guida tenía antecedentes por robos y que había sido excarcelado 20 días antes por una Cámara que solo le fijó una fianza de 10.000 pesos y lo encomendó a “someterse al cuidado” de su mamá y una vecina.