La evolución del secuestro extorsivo, un delito dinámico

Un repaso por los distintos tipos de delito y una tendencia decreciente.

secuestro

La Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), a cargo de Santiago Marquevich, realizó una suerte de mapa evolutivo de este tipo de delito, al que califican como “dinámico”. De los cautiverios prolongados, a los secuestros exprés y su vínculo con el crimen organizado.

La UFESE da cuenta de tres tipos de secuestros extorsivos: de duración prolongada, exprés y vinculados al crimen organizado. Entre los años 2001 y 2005 primaron los delitos del primer tipo

Secuestros de duración prolongada

Esta modalidad delictiva tuvo lugar principalmente entre los años 2001 y 2005; estos hechos eran cometidos por grupos criminales con cierto grado de “profesionalización”. Estas bandas, que denominaremos “estructuradas” o “semi estructuradas”- planificaban cautelosamente los secuestros extorsivos que cometían.

Por lo general, no solo escogían previamente a sus víctimas, sino que realizaban minuciosas tareas de seguimiento y de inteligencia previa para conocer sus movimientos y obtener una información lo más detallada posible de sus circunstancias personales, principalmente, la situación económica y patrimonial de la persona y/o la de su entorno familiar y/o social.

El hecho de conocer con antelación los movimientos de la víctima activa se orientaba, evidentemente, a procurar el mejor momento y lugar para proceder a su sustracción, con el objeto de evitar la presencia de posibles testigos oculares al momento de la interceptación, como así también, reducir al mínimo las posibilidades de una imprevista intervención policial.

El conocimiento de distintas circunstancias íntimas y personales de la víctima era una poderosa herramienta de intimidación al momento de extorsionar a los familiares (víctimas pasivas) demostrándoles que no se trataba de un accionar improvisado, mientras que el conocimiento de la situación económica de la víctima y su entorno también era medular, puesto que esa información sería la guía que los orientaría respecto de cuánto dinero pedir y en qué momento deberían conformarse con el rescate que la familia reuniera.

Las bandas que cometían estos secuestros extorsivos en muchas ocasiones poseían una larga trayectoria en el mundo de la criminalidad organizada.

A diferencia de los secuestros extorsivos “exprés”, cuya duración en casi ningún caso excede las veinticuatro horas e incluso por lo general la víctima recupera la libertad en menos de cuatro horas, los secuestros extorsivos largos llegaron a durar treinta o cuarenta días, y en algunos casos más.

A su vez, el cautiverio solía transcurrir en uno o más inmuebles y generalmente se trataba de casas, casillas, habitaciones o galpones que la banda tenía a su disposición.

Secuestro exprés

La abrumadora mayoría de los secuestros extorsivos en los que ha intervenido la Unidad Fiscal a partir de 2016 fueron secuestros de corta duración que, en su mayoría, registran una extensión que no supera las seis horas, y en pocos casos la privación de libertad de la víctima activa supera las veinticuatro horas.

Otra de las particularidades que tiene este tipo de modalidad delictiva, posiblemente vinculada a su escasa duración, es que los sitios donde transcurre el suceso ilícito (la sustracción de la víctima, el pago del rescate y la liberación de la víctima) se produce en un mismo espacio geográfico más acotado que los secuestros extorsivos de plazos más prolongados.

Secuestros vinculados al crimen organizado

Hasta mediados del año 2020, la comisión de secuestros extorsivos exprés azotó principalmente al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Sin embargo, hoy en día, este tipo de modalidad delictiva —aunque vigente— ha dejado de tener predominio exclusivo, ya que se ha verificado un crecimiento vertiginoso de una tipología que hemos dado en llamar, a los fines meramente expositivos: “secuestros vinculados al crimen organizado”.

En los secuestros de larga duración o en los secuestros exprés, salvo algún caso extremadamente excepcional, no es habitual que la víctima activa tenga vínculos previos con sus victimarios. Por el contrario, esta circunstancia sí se presenta con habitualidad en la tipología desarrollada en este apartado.

Los secuestros exprés al igual que los secuestros de larga duración, han sido perpetrados, en forma muy preponderante en el ámbito del AMBA y zonas aledañas.

Tendencia decreciente

La UFESE señala que hay un decrecimiento generalizado y sostenido en la cantidad de hechos de secuestro extorsivo registrados en la República Argentina. En efecto, al analizar las estadísticas elaboradas periódicamente por la UFESE, puede apreciarse que en el año 2020 se registraron cuarenta y ocho (48) hechos, lo cual equivale a un promedio de 4,08 hechos por mes, mientras que en el año 2021 se registraron veintinueve (29) casos, que equivalen a un promedio de 2,42 casos por mes.

A su vez, debe tenerse en cuenta que en el año 2022 se han contabilizado un total de 24 secuestros extorsivos en todo el país, equivalente a 2,67 casos por meses.

Vale destacar que durante el año 2015 se registraron 294 hechos a nivel nacional, en 2016 se registraron 227, en 2017 ocurrieron 185, a lo largo del 2018 se registraron 111, en el 2019 fueron 44, y en los años sucesivos, en 2020 se registraron 48 y en 2021 fueron 29 los secuestros extorsivos ocurridos en la República Argentina.

El secuestro extorsivo es un delito dinámico, complejo y con importante grado de lesividad y alto riesgo para la vida de las víctimas, que también afecta a la sociedad en su conjunto y genera un gran impacto en toda la comunidad”, señalaron.

En 2022

En septiembre se registraron tres hechos y cinco en agosto. En julio hubo tres casos (uno en Lomas de Zamora), ninguno en junio, en mayo fueron dos los hechos (uno en Avellaneda), en abril tampoco hubo secuestros, pero hubo cuatro casos en marzo, que se suman a los tres secuestros de febrero y los cuatro en enero