Los precios siguen en alza en los barrios: resignación y enojo

Si bien los municipios comenzaron a controlar los comercios, en algunos barrios se siguen aprovechando de la imposibilidad de traslado de la gente.

La suba injustificada de precios se mantiene y los controles no llegan a todos lados. Los comerciantes de los barrios advierten que “los precios subieron” y se justifican en que ellos pagaron más caro pero los mismos productos y a pocas cuadras de distancias tienen valores completamente distintos. El drama de los que deben acudir a los comercios de cercanía y la ausencia del Estado.

El kilo de manzanas en una verdulería de Turdera, ubicada sobre la calle Luis Puig, vende el kilo de duraznos a 150 pesos y el de manzanas a 90 pesos. El litro de leche de una primera marca se vende en un supermercado chino del mismo barrio a 89 pesos. Los vecinos, con resignación, admiten que los precios subieron considerablemente pero no tienen otro lugar y compran. Los salarios no crecieron y la compra de alimentos se ha convertido prácticamente en el único gasto, pero la plata no alcanza.

Imagen del hipermercado Jumbo, de Llavallol.

Hay quienes destinan varias horas para hacer la fila en un supermercado con el objetivo de “hacer la compra grande” y ahí, muchos encuentran otros valores, los reales. El mismo kilo de manzanas se ofrece en Jumbo, hipermercado ubicado a menos de 10 cuadras de Turdera y el más próximo, a 65 pesos mientras que la leche sale 79 pesos. El porcentaje de variación es alto y marca la diferencia.

De todos modos, muchos no cuentan con un vehículo que les permitan trasladarse sin problemas y la opción del transporte público está prácticamente anulada. Es que para llegar de Turdera al hipermercado deben tomar dos colectivos, uno que los lleve hasta la avenida y otro que los traslade de la avenida hasta el supermercado; es decir, deben esperar al menos una hora los transportes (más el viaje) y luego aguardar con paciencia en la fila de ingreso al centro de compras.

“Esto es una aldea, cada uno hace lo que quiere y lo que puede”, admite con resignación Gloria, comprendiendo que la suba de precios es injustificada. En este barrio no se han visto controles ni llegó la campaña de vacunación para adultos mayores “puerta a puerta”. Esta mujer, de 67 años, pagó la vacuna contra la neumonía 3300 pesos y espera que desde la farmacia llegue el llamado que le permita aplicarse la antigripal, ya que solamente llegaron al comercio las de PAMI pero no las de IOMA.  “Siempre me la aplico en la salita (San Martín) pero está cerrada. En el barrio no hay nada”, advierte.

El Municipio de Lomas de Zamora pone a disposición una serie de teléfonos para denunciar suba de precios o para hacer consultas, pero lo cierto es que nadie da una respuesta. La delegación permanece cerrada, los teléfonos suenan y nadie responde, tampoco llega una palabra de las líneas de whatsapp habilitadas para consultas.